Embriagame con tu cuerpo...

Embriágame mujer con tu mirada
y bailemos con lujuria y desenfreno
apriétame contra tu pecho vida mía,
emborráchame con las mieles de tus senos.

Llévame a vivir la fantasía
que me quema la piel cuando te miro,
enredame entre tus muslos y hazte mía
que quiero morir con tus suspiros.

Aplaca la pasión que me atormenta
y fundete conmigo en tu regazo,
que quiero besar rendirme a tus plantas
y morir lentamente entre tus brazos.

Libérame las ansias contenidas,
que quiero entre tus muslos sucumbir,
que grites fuertemente enardecida
cuando de gozo te sientas morir.

Levántate y camina lentamente
que  quiero contemplar tu cuerpo hermoso,
inclínate ante mis muslos dulcemente
y tengamos un orgasmo milagroso...

Ángel Reyes Burgos

Hechizo de luna...mi fiel amante.


Hechizo de luna mi fiel amada,
 tu sonrisa en la luna esta reflejada,
miras con alegría a los amantes, 
reflejo de nuestro amor siempre constante.

Desnudos sobre la yerba me das consuelo
y me cabalgas fogosa y apasionada
cuando tendidos los dos bajo ese cielo
me amas con el cuerpo y tu mirada.

Tus dedos se clavan sobre mi pecho
y humedeces mi cuerpo con tu volcán
en el campo resuena tu dulce eco
que es un grito fogoso de libertad.

Atrapada mi hombría en tu dulce sexo,
en tu ardiente sexo me llevas a vivir
me siento en ti salvajemente preso
llevándome al éxtasis hasta morir.

Te inclinas y me besas, muerdes mis labios,
no quieres que tu preso se escape jamas,
te mueves de nuevo y cabalgas despacio
y de nuevo los dos volvemos a gritar.

Quedamos rendidos en la yerba del campo
tu rostro sereno me vuelve a mirar
ese rostro hermoso que allá en la luna,
sonríe dichosa de felicidad.

Ángel Reyes Burgos.




Mi ángel mujer...Tu eres mi ángel mujer, piel de terciopelo...

Tu eres mi ángel mujer, piel de terciopelo
sonrisa y llanto, la felicidad de mi alma
y mis quebrantos.

Lava del volcán de mis sentimientos
donde con fuego me quemas
y con fuego mitigas mis sufrimientos.

Piel que con mi piel se funde
en nuestro lecho,
cuando te duermes abrazada sobre mi pecho.

Cuerpo de matriarca cara de niña,
la sonrisa franca, mi felicidad completa
mi alma de tus caricias que esta repleta.

Cuerpo que me seduce y me libera,
cuando me pego a tus pechos y tus caderas
y siento el otoño mio de primavera.

Llévame en tus alas ángel amado,
libérate de este mundo para volar
que ya no soy de este mundo mi dulce amada
y en tus brazos quiero la libertad.

Ángel Reyes Burgos

Lo confieso...He mordido ardientemente los confines de tu cuerpo…


He mordido ardientemente
los confines de tu cuerpo…
he derrotado tus muslos
sobre mi pubis hambriento
y en la curva de tus glúteos
acampé a cielo abierto.

Confieso que te hice mío
en el delirio de un beso,
lamí tu boca, tus labios,
¡tu miembro erguido en deseo!
bebí de la noche en tus manos
¡sacié mi sed en tu cuerpo!

Confieso que te hice mío,
¡al amparo de mis sueños!
y dejé de sentir frío
y dejé de sentir miedo
mientras tu vientre dormido
despertaba en mis anhelos.
Confieso que pequé en tu ombligo,
en el vigor de tu sexo.
Bebí de tu copa el vino
¡me emborraché de tu cuerpo!
de ese frescor del rocío
que se renueva en mis dedos.

Confieso que he sido tuya,
divagando en mis silencios
y he desnudado a la luna
sobre una colcha de pétalos
y le robé a la locura
un pedacito de cielo…

Confieso… sí, hoy confieso,
que te pienso y te divago,
te hago piel sobre mi lecho
¡te contengo entre mis labios!
Confieso ¡hoy te confieso!
¡que por ti vivo soñando!


Haces de mi vida un sueño...Eres una mujer enigmática, apasionada y sensual...

Eres una mujer enigmática, apasionada y sensual
que haces de mi vida un sueño vivido con libertad
entre tus versos y tus besos con sabor a felicidad.

Un sueño apasionado donde me pierdo entre llantos,
con los temblores del cuerpo cuando a tu lado me hallo
y gritando fuerte a dios, soy de tu cuerpo un vasallo...

Eres una luz divina de tormentosa marea
tormento de mis pasiones movidos por fantasías
que vivo junto a tu cuerpo en perfecta sincronía.

Tu princesa no has nacido, para estar entre mortales,
eres bocado de dioses, tus pechos son manantiales,
donde se sacian los dioses para hacerse inmortales.

Yo pobre poeta mortal que en tus cantaros de miel,
quiero prenderme por siempre para ser tu gran placer
acércame  tus dulces pechos, que de ellos he de beber.

Cuando aún temblando los cuerpos te grite amor mio
déjame prendido así y abrázame con tu cariño
y entre tus pechos divinos, yo me sienta como un niño.

Ángel Reyes Burgos



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