Cuanto amor...


Cuanto amor se va posando
en mi alma enamorada
que fluye dulce de tus ojos
al besarme apasionada.

Y siento fuego al mirarte
que sale de mi interior
fuego que ardiente arde
con tu pasión y tu amor.

Deslizas tus labios rojos
los posas sobre mi frente
y bajas con tus antojos
con tu boca incandescente.


Bebo el cáliz de tus labios
como gotas de un licor
que me embriagan fogoso
con tu pasión y tu dulzor.

Ya se abre el capullo
de tu cuerpo que se agita
besando mi ardiente pecho
y mi ardiente pecho grita.

Humedad hay en tus muslos
humedad en tu corazón
húmedo queda mi cuerpo
con tu fuego y tu pasión.

Sigue...


Aun después de tanto tiempo
sigo teniendo esa sensación
Cuando te veo...
Como en el primer "te amo"
Tímido y recatado,
O como en el primer beso,
Apretado, púdico y apasionado...

Sigo hoy... el aire se me escapa
y mi corazón se acelera
cuando tus ojos
Se posan en mi
Con la insistencia
Del primer encuentro,
Con la magia
Del primer encanto.
Apasionada...

Aun después de tantos soles
y tantas lunas,
Tantas peleas
y tantos reencuentros.
sigo hoy
ardiendo por ti
como fuego vivo,
Viviendo y reviviendo
Mi primera pasión.

CONCHIS 
http://yo-simplemente-tu.blogspot.com.es/

Al poeta de fuego...Felicidades por tus 500 poemas.


Mi poeta de corazón de fuego
que escribes con letras de plata
vas dejando tu vida en versos
y los jirones de tu alma.

Cantaste a tu bella Cuba
tierra que germina en tus entrañas
pues tus poemas tienen el salero
del merengue y de la salsa.

Sangre lloraste por las injusticias
de tantas mujeres maltratadas
de esos hombres que en la miseria
su vida sienten abandonada.

Al amor le regalaste sueños
y a tu corazón le pusiste alas
para dejar en estrofas
los sentires de tu alma.

Poeta de corazón de fuego
que al mismo fuego abrasa
pues son tus versos hogueras
que queman la piel como brasas.

Magia tienen tus versos de fuego
que hechizan hasta la mirada,
jardinero de un bello jardín
donde como rosas crecen las palabras.

CARMEN DIEZ TORIO

Para ti hija del aire...


¡Oh, cielo de mis alturas!
¡Oh, rincones de la tierra!
¿Por qué no me dais las aguas,
las que deseo beberlas?

¡Bendita hija del aire
que tienes ojos de menta,
y de la fina esmeralda
que alumbran como una estrella!

Tú me regalas nubes
y me regalas perlas
y me brindas margaritas,
pedregales y riberas.

Me regalas caracolas,
el silencio y las leyendas
y me traes gaviotas
y aleluyas a mis penas.

Cuántas cosas me regalas
desde tu barca velera,
las proas de las fragatas,
el canto de las sirenas,
los bucles de espuma blanca
y el coro de las mareas.


Un volar de gaviotas
y esas noches viajeras,
las miradas de los faros,
el gemir de las estrellas,
y una barca solitaria…,
que va muriendo enterrada
entre fangales y arena.

Cuántas cosas me regalas
desde tus liras de seda,
desde tus lunas de plata,
desde las sombras perpetuas.

¿Por qué me das estas cosas,
que abrazan tanta belleza?
Ya no es posible creer
que haya personas buenas,
como los labios del mar
cuando a sus playas las besa.

¿Qué voy a darte yo a cambio,
por estas cosas tan bellas?
Sólo estos versos míos,
para tus ojos de perla,
y ese beso prolongado
con esa ternura ciega,
y los candiles del alma
para ti grande poeta.
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