Déjame que te tenga...

Deseo saciar mi sed, con la esencia de tu ser.
y deslizo bajo tu piel mi súplica,
haz de nuestro amor un acto de fé
para que nuestras almas nunca sufran...

No me dejes ausente, que el cielo nos acoge
y con goce llenaremos el vacío.
con caricias recibiremos a la noche
y llenaras con calor, mis labios fríos.

Dejame acariciarte lentamente
para que la eternidad nos acoja enamorado
que nunca este amor contracorriente
lo disuelva ni la fuerza de un tornado

En tus rejas yo quiero que me tengas
encerrado hasta el final de los tiempos
déjame amor que a ti te tenga
para quitarte las tristezas y lamentos.

Ángel Reyes Burgos

Sonetos de Calderón de la Barca.

Imagen de la obra de teatro, El medico de su honra de Calderón.
A las flores

Éstas que fueron pompa y alegría
despertando al albor de la mañana,
a la tarde serán lástima vana
durmiendo en brazos de la noche fría.

Este matiz que al cielo desafía,
Iris listado de oro, nieve y grana,
será escarmiento de la vida humana:
¡tanto se emprende en término de un día!

A florecer las rosas madrugaron,
y para envejecerse florecieron:
cuna y sepulcro en un botón hallaron.

Tales los hombres sus fortunas vieron:
en un día nacieron y espiraron;
que pasados los siglos, horas fueron.
A las estrellas

Esos rasgos de luz, esas centellas
que cobran con amagos superiores
alimentos del sol en resplandores,
aquello viven, si se duelen dellas.

Flores nocturnas son; aunque tan bellas,
efímeras padecen sus ardores;
pues si un día es el siglo de las flores,
una noche es la edad de las estrellas.

De esa, pues, primavera fugitiva,
ya nuestro mal, ya nuestro bien se infiere;
registro es nuestro, o muera el sol o viva.

¿Qué duración habrá que el hombre espere,
o qué mudanza habrá que no reciba
de astro que cada noche nace y muere.
































Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 17 de enero de 1600, 25 de mayo de 1681), fue un sacerdote católico y escritor español, caballero de la Orden de Santiago, conocido fundamentalmente por ser uno de los más insignes literatos barrocos del Siglo de Oro, en especial por su teatro. Para saber mas pulse aquí.

Susurrame al oído...

Susurrame al oído, 
tus sentimientos
dime como te ha ido
en estos momentos
en que te he amado
con mis brazos abiertos.

Dime cosas bellas,
las que no se dicen
con muchas palabras
las que nunca oíste
las que no se hablan
para que me dejes
estremecida el alma.

Que tus labios me rocen
que tus manos me toquen
y cuando el sol claudique
besame en la noche.
Y al alba yo puedo
sentirte de nuevo
oír tus latidos
tu sangre y tu fuego
que dentro de mi pecho
me sienta en el cielo.

Susurrame sin palabras
solo gemidos hermosos
que llenen de felicidad el alma
hasta que lluvia de felicidad
nazcan desde mis ojos.

Bébetela en silencio
mientras me dices te quiero
que yo te diré mi amor
que por ti vivo y me muero.




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