La tumba y la rosa. Victor Hugo

A una mujer que se afeitaba y estaba hermosa

Yo os quiero confesar, don Juan, primero, 
que aquel blanco y color de doña Elvira 
no tiene de ella más, si bien se mira, 
que el haberle costado su dinero.
Pero tras eso confesaros quiero 
que es tanta la beldad de su mentira, 
que en vano a competir con ella aspira 
belleza igual de rostro verdadero.

Mas ¿qué mucho que yo perdido ande 
por un engaño tal, pues que sabemos 
que nos engaña así Naturaleza?

Porque ese cielo azul que todos vemos, 
ni es cielo ni es azul. ¡Lástima grande 
que no sea verdad tanta belleza!

Bartolomé Leonardo de Argensola
La tumba y la rosa.

La tumba dijo a la rosa:
¿Dime qué haces, flor preciosa,
lo que llora el alba en ti?

La rosa dijo a la tumba:
de cuanto en ti se derrumba,
sima horrenda, ¿qué haces, di?

Y la rosa: ¡Tumba oscura
de cada lágrima pura
yo un perfume hago veloz.

Y la tumba: ¡Rosa ciega!
De cada alma que me llega
yo hago un ángel para Dios.


Victor Hugo

Victor Marie Hugo, inscripción completa en su acta de nacimiento: Victor, Marie Hugo (Besanzón, 26 de febrero de 1802-París, 22 de mayo de 1885), fue un poeta, dramaturgo y novelista romántico francés, considerado como uno de los más importantes en lengua francesa. También fue un político e intelectual comprometido e influyente en la historia de su país y de la literatura del siglo XIX. Era hermano de los también escritores Eugène Hugo y Abel Hugo. Para saber mas pulse aquí.

Madrigal apasionado, Garcia Lorca

Quisiera estar en tus labios 
para apagarme en la nieve 
de tus dientes. 
Quisiera estar en tu pecho 
para en sangre deshacerme. 
Quisiera en tu cabellera 
de oro soñar para siempre. 
Que tu corazón se hiciera 
tumba del mío doliente. 
Que tu carne sea mi carne, 
que mi frente sea tu frente. 
Quisiera que toda mi alma 
entrara en tu cuerpo breve 
y ser yo tu pensamiento 
y ser yo tu blanco veste. 

Para hacer que te enamores 
de mí con pasión tan fuerte 
que te consumas buscándome 
sin que jamás ya me encuentres. 
Para que vayas gritando 
mi nombre hacia los ponientes, 
preguntando por mí al agua, 
bebiendo triste las hieles 
que antes dejó en el camino 
mi corazón al quererte. 
Y yo mientras iré dentro 
de tu cuerpo dulce y débil, 
siendo yo, mujer, tú misma, 
y estando en ti para siempre, 
mientras tú en vano me buscas 
desde Oriente a Occidente, 
hasta que al fin nos quemara 
la llama gris de la muerte. 


En 1925 viajó a Cadaqués para pasar la Semana Santa en casa de su amigo Salvador Dalí. Esta visita y otra más larga en 1927 marcaron profundamente la vida y obra de ambos. Fruto de esta intensa amistad fue la "Oda a Salvador Dalí", obra que se publicó en la Revista de Occidente en 1926. Además, fue el mismo Dalí el que animó al escritor a iniciarse en la pintura, consiguiendo que en 1927 presentase su primera exposición en las Galeries Dalmau de Barcelona. Por su parte, Lorca alentó a Dalí como escritor. Para saber mas pulse aquí.

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