Ser, o no ser...William Shakespeare

Ser o no ser, esa es la cuestión. ¿Qué es más noble para el alma sufrir los golpes y las flechas de la injusta fortuna, o tomar las armas contra un mar de adversidades y oponiéndose a ella, encontrar el fin? Morir, dormir… nada más; y con un sueño poder decir que acabamos con el sufrimiento del corazón y los mil choques que por naturaleza son herencia de la carne… 

Es un final piadosamente deseable. Morir, dormir, dormir… quizá soñar. Ahí está la dificultad. Ya que en ese sueño de muerte, los sueños que pueden venir cuando nos hayamos despojado de la confusión de esta vida mortal, nos hace frenar el impulso. Ahí está el respeto que hace de tan larga vida una calamidad. Pues quien soportaría los latigazos y los insultos del tiempo, la injusticia del opresor, el desprecio del orgulloso, el dolor penetrante de un amor despreciado, la tardanza de la ley, la insolencia del poder, y los insultos que el mérito paciente recibe del indigno cuando él mismo podría desquitarse de ellos con un puñal. 

Quejarse y sudar bajo una vida cansada, por el temor a algo después de la muerte. El país sin descubrir de cuya frontera ningún viajero vuelve, aturde la voluntad y nos hace soportar los males que sentimos en vez de volar a otros que desconocemos. La conciencia nos hace cobardes a todos. Y así el nativo color de la resolución enferma por el hechizo pálido del pensamiento y empresas de gran importancia y peso con lo que a esto se refiere, sus corrientes se desbordan y pierden el nombre de acción...

William Shakespeare, El crítico estadounidense Harold Bloom sitúa a Shakespeare, junto a Dante Alighieri, en la cúspide de su canon occidental. Ningún otro escritor ha tenido nunca tantos recursos lingüísticos como Shakespeare, tan profusos en Trabajos de amor perdidos que tenemos la impresión de que, de una vez por todas, se han alcanzado muchos de los límites del lenguaje. Para saber más pulse aquí.

Versos de Clotilde, 17, octosilabos

Te doy toda piel morena,
en la tuya dulce asilo,
que gozando no es ajena
cuando al besarla suspiro.

Eres huracán y brisa,
calma, a corazón anhelo,
el cascabel de mi risa
y la ansiedad de mi celo.

Remontas del mismo suelo
al azul del paraíso
y este cuerpo que lo quiso,
se hizo nube de tu cielo.
Golpe de pasión, entrega,
donde la voz se hace trizo
y a grito mi cuerpo ruega
ser lumbre donde me atizo.

Sepulcro eres donde muero,
ahogarme en tu brebaje,
beber agua en tu venero
y moverme en tu oleaje.



(© Derechos Reservados )
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger... Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...