Adoración...Manuel María Flores


Como al ara de Dios llega el creyente,
trémulo el labio al exhalar el ruego,
Turbado el corazón, baja la frente,
así, mujer, a tu presencia llego.

¡No de mí apartes tus divinos ojos!
Pálida está mi frente, de dolores;
¿para qué castigar con tus enojos
Al que es tan infeliz con sus amores?

Soy un esclavo que a tus pies se humilla
Y suplicante tu piedad reclama,
Que con las manos juntas se arrodilla
Para decir con miedo... ¡que te ama!

¡Te ama! Y el alma que el amor bendice
Tiembla al sentirle, como débil hoja;
¡te ama! Y el corazón cuando lo dice
En yo no, sé qué lágrimas se moja.

Perdóname este amor, llama sagrada,
Luz de los cielos que bebí en tus ojos,
Sonrisa de los ángeles, bañada
En la dulzura de tus labios rojos.

¡Perdóname este amor! A mí ha venido
Como la luz a la pupila abierta,
Como viene la música al oído,
Como la vida a la esperanza muerta.

Fue una chispa de tu alma desprendida
En el beso de luz de tu mirada,
Que al abrasar mi corazón en vida
dejó mi alma a la tuya desposada.

Y este amor es el aire que respiro,
ilusión imposible que atesoro,
Inefable palabra que suspiro
Y dulcísima lágrima que lloro.

Es el ángel espléndido y risueño
Que con sus alas en mi frente toca,
Y que deja -perdóname... ¡es un sueño!-
El beso de los cielos en mi boca.


¡Mujer, mujer! Mi, corazón de fuego,
De amor no sabe la palabra santa,
Pero palpita en el supremo ruego
Que vengo a sollozar ante tu planta.

¿No sabes que por sólo las delicias
De oír el canto, que tu voz encierra,
Cambiara yo, dichoso, las caricias
De todas las mujeres de la tierra?

¿Que por seguir tu sombra, mi María,
Sellando el labio, a la importuna queja,
De lágrimas y besos cubriría
La leve huella que tu planta deja?

¿Que por oír en cariñoso acento
Mi pobre nombre entre tus labios rojos,
Para escucharte detendré mi aliento,
Para mirarte me pondré de hinojos?

¿Que por sentir en mi dichosa frente
Tu dulce labio con pasión impreso,
Te diera yo, con mi vivir presente,
Toda mi eternidad... Por sólo un beso?

Pero si tanto, amor, delirio tanto,
Tanta ternura ante tus pies traída,
Empapada con gotas de mi llanto,
Formada con la esencia de mi vida;

Si este grito de amor, íntimo, ardiente,
No llega a ti; si mi pasión es loca...,
Perdona los delirios de mi mente,
Perdona las palabras de tu boca.

Y ya no más mi ruego sollozante
irá a turbar tu indiferente calma...
Pero mí amor hasta el postrer instante
Te daré con las lágrimas del alma.



Manuel María Flores

Esclavo de tu amor...

Tengo cadenas que aprisionan mi alma
grandes y fuerte que no quiero soltar,
me atan a tu cuerpo y a tu alma enamorada,
cadenas que nunca yo quisiera liberar.

En tu cárcel yo no me siento cautivo
prisionero tuyo y me siento en libertad
me convierto de este mundo en fugitivo
para atarme a tu alma, al amor y la verdad.

Yo quisiera sentirte aquí y ahora
vivir por tus besos y tu intensa pasión
tenerte en mis brazos hasta llegar la aurora
que sientas la furia de amor en mi corazón.

Viviré cada instante sintiéndote en el alma,
con este amor nuestro que nubla la razón,
fabricando los sueños de ternura y calma
y esos besos de amor preñados de ilusión.

Provócame,  desnúdate, devórame...
y cuando ya de mi no quede nada,
sabrás mi amor que me embrujaste
y que tienes a mi alma encadenada...

Ángel Reyes Burgos
Y esclavo de tus besos crayolita

Dos hermosos sonetos de Francisco Álvarez Hidalgo.

Fidelidad

Yo siempre te querré aunque no me quieras;
encerrada en mí estás sin poder irte.
Cuántas cosas podría yo decirte
si escucharas mi voz, y la creyeras.

Te querrás alejar; y, si pudieras,
romper tus ligaduras y evadirte.
Me herirás, pero nunca podré herirte, 
y no me olvidarás, aunque quisieras.

Tus amores serán de lejanías,
y quizá andarás sola en tu sendero 
buscando el resplandor de nuevos días.

Recordarás mi amor, dulce y sincero,
y aprenderás en tus mañanas frías
que nadie te querrá como te quiero.
Represión

Suspira tu pasión encadenada
en la prisión del alma; y sus gemidos
golpean incesantes mis oídos
con un clamor de libertad soñada.

Se apagará la intensa llamarada
que revitalizaba tus sentidos,
y permanecerán en tí perdidos
el calor y la luz de tu alborada.

Destruye de una vez los eslabones
que esclavizan tu vida. Abre la puerta
y deja en libertad las emociones,

que infundirán vigor en tu alma muerta.
Es la hora de lograr tus ilusiones:
El tiempo corre sin volver....¡Despierta!






















Francisco Álvarez Hidalgo murió en 2014 en un accidente con su bicicleta, tenia multitud de premios y libros que se agotaban con rapidez. Escribió más de dos mil sonetos y otros tantos breviarios. Su poesía erótica es de una gran belleza y sutileza. Pueden leer más poemas suyos aquí.

Partida de ajedrez sobre tu cuerpo...

Vamos a jugar esta partida
que aplaque mis sentimientos
de esta piel enfebrecida
que me arde a fuego lento.

Yo te dejaré las blancas
que hacen juego con tu piel
yo me quedaré con las negras
para hacerte enloquecer...

Cuando te coma una ficha
te comeré con ardor
de tus pechos las delicias
con todo mi corazón.
Y seguiré por tu cuerpo
moviendo pacientemente
torres peones y caballos
hasta ganarte y perderte.

Y cuando ya esté ganando
de tu cuerpo la partida
a ti mi reina que estas gozando
te dejaré estremecida...

Ya tiro mi reina al tablero
que quiero despedir a los peones
para llevarte hasta el cielo
fundiendo los corazones...


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