Oda a la sumisión.

Bajo tu piel soy, metal derretido,
dinamita, mecha que prende sola.
Soy, como alga que me muevo con tu ola.
Soy cristal que se rompe en estallido.

Barro en tus manos, beso mi soplido.
Somnífero en mi boca de amapola.
Soy bala en cuerpo, disparo y pistola.
Soy lo que tú quieras y en tí, he querido.

Mi cuerpo es estandarte ya vencido,
arrasado por tu boca y tu viento,
no soy más, que el eco de tu sonido.

¿Decid, si soy algo más que un gemido,
que el vaho que se desprende en tu aliento,
o nota, en pentagrama sostenido?

C Román, © Derechos Reservados

Blog Clotilde

Soneto a Córdoba de Góngora.

Oh excelso muro, oh torres coronadas
de honor, de majestad, de gallardía
oh gran río, gran rey de Andalucía,
de arenas nobles, ya que no doradas.

Oh fértil llano, oh sierras levantadas,
que privilegia el cielo y dora el día
oh siempre glorïosa patria mía,
tanto por plumas cuanto por espadas.

Si entre aquellas ruinas y despojos
que enriquece Genil y Dauro baña
tu memoria no fue alimento mío,

Nunca merezcan mis ausentes ojos
ver tu muro, tus torres y tu río,
tu llano y sierra, oh flor de España.
Descaminado, enfermo, peregrino,
en tenebrosa noche, con pie incierto
la confusión pisando del desierto,
voces en vano dio, pasos sin tino.

Repetido latir, si no vecino,
distinto, oyó de can siempre despierto,
y en pastoral albergue mal cubierto,
piedad halló, si no halló camino.

Salió el Sol, y entre armiños escondida,
soñolienta beldad con dulce saña
salteó al no bien sano pasajero.

Pagará el hospedaje con la vida;
más le valiera errar en la montaña
que morir de la suerte que yo muero.



















En sus poesías se solían distinguir dos períodos. En el tradicional hace uso de los metros cortos y temas ligeros. Para ello usaba décimas, romances, letrillas, etc. Este período duró hasta el año 1610, en que cambió rotundamente para volverse culterano, haciendo uso de metáforas difíciles, muchas alusiones mitológicas, cultismos, hipérbatos, etc.,  Para saber más pulse aquí.

Duerme tranquila mi amor...

Yo vigilaré tus sueños
cuando cansada y herida
no puedas alzar el vuelo
porque te sientas vencida.

Te tomaré de las manos
que sientas todo mi amor
y en tus párpados sonámbulos
se duerma la gloria de Dios.

No dejaré que te duermas 
sin decirte que te quiero
no dejaré que al alba
te despierte el desconsuelo.
Que es tanto el amor que siento
y es tanto mi desvarío
que dormida te contemplo
aunque tu no estás conmigo.

Ya llegará ese momento
en que yo pueda tenerte
y en brazos del sentimiento
te amaré hasta la muerte.

Por ahora, escúchame amor
duerme tranquila y serena
que a la salida del sol
quitare todas tus penas...


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