Poema a Elena de Edgar Allan Poe


Te vi a punto. Era una noche de julio, noche tibia y perfumada, noche diáfana…De la luna plena límpida, límpida como tu alma, descendían sobre el parque adormecido gráciles velos de plata.

Ni una ráfaga el infinito silencio y la quietud perturbaban en el parque…Evaporaban las rosas los perfumes de sus almas para que los recogieras en aquella noche mágica; para que tú los gozases su último aliento exhalaban como en una muerte dulce, como en una muerte lánguida, y era una selva encantada, y era una noche divina llena de místicos sueños y claridades fantásticas.

Toda de blanco vestida, toda blanca, sobre un ramo de violetas reclinada te veía te veía y a las rosas moribundas y a ti, una luz tenue y diáfana muy suavemente alumbraba, luz de perla diluida en un éter de suspiros y de evaporadas lágrimas.

¿Qué hado extraño (¿fue ventura? ¿fue desgracia?)  me condujo aquella noche hasta el parque de las rosas que exhalaban  los suspiros perfumados de sus almas?  Ni una hoja susurraba; no se oía una pisada; todo mudo, todo en sueños, menos tú y yo cuál me agito al unir las dos palabras menos tú y yo… De repente todo cambia. Oh, el parque de los misterios. Oh, la región encantada.

Edgar Allan Poe (Boston, Estados Unidos, 19 de enero de 1809-Baltimore, Estados Unidos, 7 de octubre de 1849) fue un escritor, poeta, crítico y periodista romántico estadounidense, generalmente reconocido como uno de los maestros universales del relato corto, del cual fue uno de los primeros practicantes en su país...para saber más pulse aquí.

Te he llegado a querer...

Te he llegado a querer como jamás soñara
te he llegado a soñar como jamás quisiera,
formo parte de ti como la hiedra
como el musgo que arraiga entre las piedras
como la espuma que hierve en las mareas,
como el rocío que da luz a la hierva.

Te he llegado a querer con tal ceguera
que no veo si no es viendo tus ojos
que no escucho más son que tus gemidos
que no quiero más pan que el de tu cuerpo
y me muero de sed cuando no tengo
tu magnolia al alcance de mis besos.

Te he llegado a querer con tal locura
que no puedo dormir si no te tengo
amarrada en el nudo de mis piernas,
si no siento el efluvio de tus pechos,
si no muero de amor entre tus simas
con la espada fundida en tu caldero.

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de Juanmaromo
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