Garcilaso de la Vega, dos sonetos

Soneto XXVIII

Vengado estáis, con mengua mía, 
de mi rigor pasado y mi aspereza 
con que reprehenderos la terneza 
de vuestro blando corazón solía.

Agora me castigo cada día 
de tal salvatiquez y tal torpeza: 
mas es a tiempo que de mi bajeza 
correrme y castigarme bien podría.

Sabed en mi perfecta edad y armado, 
con mis ojos abiertos me he rendido 
al niño que sabéis, ciego y desnudo.

De tan hermoso fuego consumido 
nunca fue corazón: si preguntado 
soy lo demás, en lo demás soy mudo.
Soneto XXIX

Pasando el mar Leandro el animoso, 
en amoroso fuego todo ardiendo, 
esforzó el viento, embraveciendo 
el agua con un ímpetu furioso.

Vencido del trabajo presuroso, 
contrastar a las ondas no pudiendo, 
y bien que perdía muriendo, 
que de su propia muerte congojoso,

como pudo, esforzó su voz cansada, 
y a las ondas habló desta manera 
mas nunca fue su voz de ellas oída:

Ondas, pues excusa que yo muera, 
dejadme allá llegar, y a la tornada 
vuestro furor ejecutad en mi vida.





















Garci Lasso de la Vega (Toledo, entre 1498, quizá algunos años antes a partir de 1491 y 1503 Niza, Ducado de Saboya, 14 de octubre de 1536), más conocido como Garcilaso de la Vega,​ fue un poeta y militar español del Siglo de Oro...Para saber más pulse aquí.

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