A todas las mujeres que algún día
en sus recuerdos me llevaron preso,
a todas las que en vana idolatría
en mis recuerdos las llevé poseso.
A todas las que quise y me quisieron,
a las que nunca amé, pero me amaron,
a las que quise y no correspondieron,
a las que amándolas me abandonaron.
A todas las que días, las que meses,
con dolor las llevé en mi pensamiento,
y a las que en mí pensaron esas veces
que sólo nos unió distanciamiento.
A todas las mujeres que su boca
amoroso besé, preciado bien;
y a las que ahora la nostalgia invoca
me besaron románticas también.
A todas las que allá en su lejanía
tuvieron para mí con embeleso
sensual suspiro mientras nada de eso,
ajeno ni siquiera lo sabía.
A todas las mujeres que por bellas,
y por llevar camino diferente,
enamorado suspiré por ellas,
suspiro que tragose el occidente.
Si todas en mi historia se han quedado,
haya o no disfrutado de su abrigo,
a todas las mujeres del pasado,
hoy a todas, a todas las bendigo.
La poesía romántica formó parte del movimiento romántico dentro de la literatura europea durante los siglos XVIII y XIX.
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