A Doña Margarita y a Don Antonio Venegas, sonetos


Máquina funeral, que desta vida 
Nos decís la mudanza, estando queda; 
Pira, no de aromática arboleda, 
Si a más gloriosa Fénix construida;

Bajel en cuya gabia esclarecida 
Estrellas, hijas de otra mejor Leda, 
Serenan la Fortuna, de su rueda 
La volubilidad reconocida,

Farol luciente sois, que solicita 
La razón, entre escollos naufragante, 
Al puerto; y a pesar de lo luciente,

Obscura concha de una Margarita 
Que, rubí en caridad, en fe diamante, 
Renace a nuevo Sol en nuevo Oriente.
Oh, de alto valor, de virtud rara 
Sacro esplendor, en toda edad luciente, 
Cuya fama los términos de Oriente 
Ecos los hace de su trompa clara.

Vuestro cayado pastoral, hoy vara, 
Dará flores, y vos gloriosamente, 
Del pellico a la púrpura ascendiente, 
Subiréis de la mitra a la tiara.

No es voz de fabulosa deidad ésta, 
Consultada en oráculo profano, 
Sino de la razón muda respuesta.

Deja su urna el Betis, y lozano 
Cuantos engendra toros la floresta 
Por vos fatiga el hábito africano.




















Luis de Góngora.-Durante una estancia en la Corte de Valladolid se enemistó con Quevedo, a quien acusó de imitar su poesía satírica bajo pseudónimo. En 1609 regresó a Córdoba y empezó a intensificar la tensión estética y el barroquismo de sus versos. Entre 1610 y 1611 escribió la Oda a la toma de Larache y en 1613 el Polifemo...Para saber más pulse aquí.

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