Las damas y el té de las cinco por Ángel Reyes BUrgos se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.
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Las damas y el té de las cinco.
1) Prologo.-
2) Conociendo a las damas, Doña Lucrecia
3) Beatriz, la dama de rojo.
4) Vanesa, La dama de azul.
5) Rosario, la dama de amarillo. Boda con Don Bosco
6) Berta la dama de azul. Sus dos bodas.
7) Las damas desaparecidas.
8) De vuelta en Sevilla, tomando el té
9) En el dormitorio de Lucrecia
10) Acusación y detención de Berta
11) Muerte de un testigo
12) La confesión de Lucrecia
13) Planes de asesinato
14) El sorprendente giro de Berta
15) Muerte del senador
16) Persecución infernal, disparos contra Lucrecia…
17) Venganza póstuma
18) Tomando el té con la policía
19) La detención del turco
20) La mafia no perdona
21) Captura de Berta
22) Sorpresa y muerte
23) Epilogo:
Prologo.-
Cada día a
las dieciséis horas, cuatro limusinas paraban en la escalinata de la mansión de
la señora Lucrecia. Cada una de un color, rojo, azul, amarillo y
verde, como el color de los vestidos de traje de chaqueta que vestían las
cuatro damas. Cuatro chóferes uniformados abrían las cuatro puertas a la vez y
cuatro pies derechos de las correspondientes señoras, a las dieciséis horas un
minuto se plantaban en la acera.
Las cuatro pisaban a la vez el primer escalón que conducía a la mansión,
(como si un estricto protocolo así lo exigiera)…donde la señora Lucrecia con
su mano levantada en señal de saludo al estilo reina de Inglaterra y
la sonrisa adquirida en muchas horas de entrenamiento frente al espejo,
esperaba.
La dama de rojo, La señorita Beatriz, Siempre mirando hacia arriba a su
anfitriona y sonriendo murmura, mirarla, que cara de zorra tiene y se la da de
señora.
Aunque le gusta que le llamen señorita Beatriz, ya enterró a dos maridos.
Con cada multimillonario marido muerto, aumentaba el tamaño de las posesiones más
preciadas de su cuerpo. En la proa, dos revienta blusas desafiantes y en la
popa dos balones de baloncesto que no sufrían la inflación, pero si de
inflamación…
El valor de las joyas que portaba, era equivalente al producto nacional
bruto de Guinea…Mientras subía se sintió acalorada por el roce de sus muslos y
el recuerdo de las cinco juntas desnudas en las duchas del internado…
Vanesa, vestida con traje de chaqueta azul, cumplía los requisitos del
grupo, creció con sus amigas en un orfanato donde las abandonaron en la época
en que el grupo parchís de canciones infantiles triunfaba, siempre vestían con
los colores que se asignaron.
Los roles nunca se cambiaban y hasta sus viviendas llevaban esa señal como
color predominante.
Propietaria de una naviera, regalo prematuro de un prematuro marido muerto
al caer accidentalmente por las escaleras, se jactaba de sus obras de caridad
por que una vez al año, dejaba con uno de sus barcos en Mozambique, cien
barriles de gas-oíl gratuitos, para los barcos pesqueros de un pariente lejano
suyo, propietario de medio puerto…
Rosario con su traje amarillo y su extrema delgadez, me recordaba más a un
plátano enderezado, aunque tengo que reconocer, que esos dos pomelos que lucía
y su pronunciada retaguardia cuando se le miraba de lado, me alejaba de la visión
de la fruta.
Rosario era dueña de un imperio que lo abarcaba todo, Industrias
farmacéuticas, Casinos, Fabricas de armamento…todo cortesía de sus tres maridos
muertos accidentalmente…al primero le fallaron los frenos de su mercedes cuando
iba a esquiar en la zona de sierra nevada en Granada. El segundo en una
explosión por escape de gas cuando estaba con su secretaria en una cabaña en
las montañas. El tercero mordido por una mamba negra que se escapó
accidentalmente del terrario que tenían en su casa cuando Rosario estaba
pasando casualmente un fin de semana fuera.
Le hizo una señal con el dedo corazón levantado a un senador que como cada
día estaba con sus prismáticos en la mansión de al lado para no perderse
detalle.
Berta era toda una bomba, con su traje verde que hacia juego con sus ojos,
la falda muy corta y sus generosos atributos, llamaba la atención a sus
cuarenta y ocho años, sobre todo llamaba la atención de sus cuatro amigas desde
los catorce años que estaba plenamente desarrollada y era la que se llevaba la
mayor de las atenciones y caricias.
Berta solo se casó dos veces, enterró a un marido que por accidente se cayó
en un pozo de cal viva que estaba abierto para enterrar a las vacas que
murieron en la finca cuando la epidemia del mal de las vacas locas. Ella lo
había ayudado con su todo terreno…
Se quedó con una inmensa fortuna, ganaderías por todo el mundo, mataderos,
una flota de camiones y grandes supermercados y centros comerciales repartidos
por varios países, aunque ella lo que más valoraba era su profesor de
tenis…hasta que intentó chantajearla porque había visto como empujo a su marido
y se lo echó a los cerdos.
Al llegar al final de la escalera donde Lucrecia esperaba, se
dieron un beso protocolario y se metieron en la casa, a salvo de miradas
indiscretas, se besaron en la boca…
Conociendo a las damas...
La dama de blanco era la señora Lucrecia, como el color de fondo
blanco del tablero del parchís, reunía a todas sus fichas, no tenia que
tirar los dados para moverlas, su liderazgo estaba claro y lo respaldaba un
carácter fuerte, físicamente la más alta de todas, aficionada a la
natación y con pinta de haberse tragado a Tarzán de los monos en sus mejores
tiempos.
Como a sus cinco amigas, a Lucrecia la abandonó su madre en la casa
cuna de Sevilla, la dejó en un torno que había en la pared parecido a un
pasa platos, de esa forma la madre se evitaba la vergüenza de explicar que su
hija era ilegitima y las monjas tenían un inquilino mas para sacar más
subvención a la Diputación de Sevilla…
Allí conoció a sus amiguitas y allí se llevaron todas a los ocho año los
primeros palmetazos en las manos por curiosearse unas a otras donde las monjas
no permiten la curiosidad por que es pecado mortal, eso les hizo ser más
curiosas…de niños ya se sabe, si te lo prohíben los adultos, es porque tiene
que ser algo bueno.
La edad límite para estar en la casa cuna era a los nueve años, las
trasladaron juntas a un internado de menores y allí se afianzo el liderazgo
de Lucrecia cuando en su cumpleaños catorce, la directora le regaló
una caja de bombones y el joven jardinero, una cajetilla de tabaco rubio
americano, fue una ganga porque solo le costó subirse la falda.
La cosa se complicó cuando el jardinero le ofreció un cartón de tabaco por
ir más allá, fueron mucho más allá donde estaba el huerto y en el
cobertizo, Lucrecia se clavó por primera vez el rastrillo en la
espalda. Las amigas que la habían seguido, también querían su cartón de
tabaco, pero el jardinero no tenia para todas y tendrían que esperar…
La señorita Lucrecia, tuvo la mala suerte de enamorase del jardinero y
lloraba sola y desconsolada cada vez que una de sus amigas aparecía con un
cartón de tabaco.
Juraba continuamente que se vengaría de los hombres y ese veneno suyo se lo
transmitió cada día a sus amigas que hicieron causa común con ella.
A los dieciséis años, recibió el regalo que todas esperaban, una casa de
acogida, la puerta trasera para evitar las costosas adopciones y sus trámites
legales.
Las acogió un matrimonio sin hijos con una gran fortuna, el senador y ella
marquesa.
Como senador descendiente de una larga lista de políticos en la familia,
sus propiedades se repartían por medio mundo, aprendió de su padre y de su
abuelo el arte de acumular riquezas sin levantar sospechas, todos sabemos que
es más fácil eso, que despistar de la vitrina de un supermercado un pollo y
además por mucha hambre que tengas, está mal visto…
Para un señor de 51 años con una señora arisca y poco agraciada, la
señorita en esa casa era una bomba de relojería, máxime cuando ella sabía muy
bien que quería.
Los continuos cruces de sus piernas cuando se sentaba frente a él, la forma
de agacharse a por los objetos de frente y abriendo las rodillas, la puerta del
baño abierta casualmente cuando se duchaba, pero siempre cuando no estaba su
mujer, aunque nunca se insinúo, todo parecía un juego inocente…
A Don Tomas le crecía cada vez más la lengua y sentía que se iba a ahogar
en su propia saliva, el calor en su cara se hacía insoportable y el dolor de
sus partes nobles de su noble persona, a veces tenía que aplacarlos con
sesiones de auto-complacencia…
En una ocasión que Don Tomas creía tenerlo muy claro, ella le paró los
pies…pero Don Tomas, no se equivoque conmigo, soy una chica decente…terminó de
volverlo loco.
A su mujer cada vez la mandaba mas fines de semana a un balneario donde se
tomaba baños de barro, a ella le decía que era bueno para la piel, por dentro
pensaba que donde mejor están los cerdos es en el barro…
La agonía de Don Tomas crecía día a día. Antes de
cumplir Lucrecia sus dieciocho años, el senador estaba en
plena campaña por la presidencia, no había mejor momento para poner en práctica
el plan trazado por la señorita. Se dejó de rodeos, se dejó de tonterías y
también se dejó coger. Solo una vez por que el senador no le gustaba y no
dejaba de pensar en su jardinero.
Previamente, ella había colocado una cámara de vídeo en su habitación y las
vergüenzas de Don Tomas quedaron inmortalizadas. También las de la
señorita Lucrecia, pero a mi entender, ella perdió la vergüenza cuando
se levanto la falda por un paquete de tabaco.
La jugada le salió perfecta cuando un Don Tomas terriblemente abatido y
asustado, contemplaba ese vídeo que amenazaba hacer público si no cumplían sus
exigencias. Aún era menor cuando se grabó.
Según Lucrecia no era mucho para su enorme fortuna, 6.000 euros
al mes de forma vitalicia y la mansión de los padres fallecidos que estaba
al lado de la suya.
El senador aceptó el trato por que ella había depositado copias del vídeo
en las cajas de seguridad de tres bancos y había dado orden al respecto de
hacerlo público si a ella le pasaba algo. Pero de ninguna forma le pondría la
mansión de los padres a su nombre, solo la dejaría vivir hasta su muerte, a
cambio él correría con todos los gastos de la casa.
Doña Lucrecia se dio la gran vida y jamás permitió que la
visitara su vecino…
A este senador es al que cada día la señora Rosario conocedora del chantaje
que le hizo Lucrecia, le manda un afectuoso saludo con el dedo
corazón levantado mientras sonríe, el hombre permanece impertérrito y sigue con
sus prismático observando la ceremonia de subida por las escaleras hacia la
mansión.
Doña Lucrecia nunca se casó, tenía suficiente con los postres del té
de las cinco…
Beatriz, la dama de rojo.
La señorita Beatriz tenía un año menos que Lucrecia y al cumplir
sus dieciocho años se fue a vivir a su mansión, era algo que le había
prometido a todas sus amigas, cuando salieran del internado ella las acogería.
El tiempo que había estado con el senador, Lucrecia se dedico a
conocer a todos sus amigos y a tomar notas de su agenda, direcciones,
teléfonos, estado civil…todo los datos que pudo recopilar de esos millonarios y
poderosos señores.
Comenzó a dar fiestas privadas para que Beatriz conociera a esos señores,
después de probar con algunos bajo el auspicio siempre
de Lucrecia que la asesoraba, la preparó para una cena intima con un
joyero judío multimillonario de cuarenta y dos años y por suerte para
ella, viudo…Tuvieron tres cenas más antes de que ella aceptara perder la
vergüenza, que por supuesto la perdió con el jardinero del internado como
Lucrecia
El viudo no pudo resistirse a ese bombón de dieciocho años y perdió la
cabeza por ella, en principio solo por decir si quiero ante el altar y despumes
en el crucero de viaje de novios en el yate de Jacob su marido, por perderla
definitivamente al caer accidentalmente por la borda. Le costó cinco millones
la ayuda del capitán del yate…aunque no llegó a pagarle porque un mafioso
que le hacía trabajos al senador, por cien mil euros acabó con el capitán en la
habitación de un hotel.
Avisaron por radio a los guardacostas para ver si podían rescatarlo, no lo
encontraron hasta los tres días y ella pidió un permiso para embalsamarlo y
dejarlo en la mansión. De esa forma se sentiría menos triste por su pérdida
teniéndolo en casa…¿O tendría otros oscuros motivos?.
Jacob tenía en Sudáfrica concesiones de minas de diamantes y negocios de
joyerías en Europa y Estados Unidos. Beatriz tenía joyas en los cinco
continentes de su cuerpo.
Beatriz quiso guardar luto protocolario por el que dirán y por hacerse la
estrecha que es la forma en que más se encabrona y decide a los tíos conseguir
a una mujer. Se aficionó y especializó en los joyeros, tardó un año en casarse
de nuevo con un mercader suizo relacionado con el tráfico de diamantes,
Marcial, tenia cincuenta y dos años una mujer, una amante y tres hijos y aún
así, Beatriz le hizo perder la cabeza y la perdió…
Misteriosamente, porque aún no la encontraron, ni su cuerpo tampoco, estaba
con una losa de hormigón en los pies descansando en el fondo del río
Guadalquivir…y la cabeza en el particular museo que se estaba preparando en la
mansión de la señorita Lucrecia.
El senador como cada día, años después esperaba en su ventana con los
prismáticos dirigido a la comitiva de las cuatros señoras que subían la
escalinata de la mansión y tres cámaras de vigilancia grabando cada uno de sus
movimientos…Aunque en principio aceptó el chantaje de Lucrecia, su amor
propio nunca aceptó que una plebeya muerta de hambre lo hubiera
chantajeado de esa forma…
Vanesa solo se casó una vez con un naviero de cincuenta y seis años,
Pancho, de origen mexicano y afincado en Sevilla, más feo que pegarle a un
padre y con las redondeces exageradas de estar comiendo todo el día burritos y
tomando cerveza.
Era un buen tipo, empezó de la nada construyendo pequeños botes con sus
propias manos, una vida de plena dedicación a su trabajo le hizo aumentar el
tamaño de sus barcos y se trasladó a la bahía de Cádiz donde construyó su
propio astillero.
El nunca pensó en el matrimonio, tenía suficiente con las visitas continuas
a los prostíbulos de los que era un ciudadano V.I.P.
En los primeros escarceos amorosos con Vanesa, ella tuvo que contener más
de una vez las ganas de vomitar cuando la besaba, por dentro intentaba
convencerse que ese sacrificio merecía la pena y aguantaba el tipo como podía.
Pensaba que tenía que hacer de tripas corazón para llevar a ese primo hasta el
altar…Leonora siempre le recordaba que ese era su objetivo principal…ese y
despacharlo pronto al otro barrio…
Pancho dijo si quiero a los siete meses de conocer a Vanesa y se sentía el
hombre más afortunado de la tierra, aunque su mujer le dijo siempre que era
virgen y ella gritaba de dolor cuando Pancho intentaba emular a don quijote con
su lanza en ristre…gritaba y paraba las embestidas de Pancho que desesperado,
volvía a sus recorridos nocturnos para engrasar su lanza…
El naviero ya no trabajaba en sus barcos, pero si le gustaba inspeccionarlo
como buen constructor que desea todo esté en perfectas condiciones. Visitaba en
el dique seco la zona de babor de su ya casi terminado barco, un andamio
colgante se desprendió cayendo al vacío y Pancho terminó viajando por el túnel
de la luz mientras escuchaba estas son las mañanitas a los mariachis que había
junto a San Pedro…Pancho parecía un burrito relleno de tomate esparcido por el
suelo...
El diagnostico oficial fue, muerte por accidente. El cableado del cuadro
eléctrico de un servo freno que mantenía el andamio sujeto, se había fundido
por un corto circuito…
El jefe de electricista de su naviera recibiría su recompensa, aunque no
duró lo suficiente para poderla cobrar, Lucrecia le encargó el trabajo a un
Serbio muy discreto bien recomendado y se ahorró ciento sesenta mil euros, que
por supuesto iban a las arcas de Lucrecia que era como una caja registradora…
Vanesa reclamó su cuerpo y se lo trajo a su casa de Sevilla, algunas
manipulaciones
no del todo legales, le permitieron embalsamarlo y llevarlo al salón de
trofeos de la mansión de Lucrecia…
En la comisaría central sevillana, en la unidad especial de homicidios, un
agente tenia sobre su mesa tres nombres para investigar, Lucrecia, Beatriz y
Vanesa, pronto añadiría dos nombres más a esa lista.
El senador seguía con sus prismáticos y sus grabaciones, que con ayuda de
un miembro del servicio secreto, se trasladaron al interior de la mansión
de Lucrecia…pero había zonas inexpugnables de la casa, donde no pudieron acceder
a colocar vigilancia.
La policía entrevistó a Don Tomas para averiguar algo de lo que podía saber
de su anterior protegida Lucrecia, pero el senador se mantuvo firme en que no
sabía nada y no volvieron a molestarle… el político millonario, tenía sus
propios planes…
Rosario, la dama de amarillo. boda con Don Bosco
Rosario era un manojo de nervios y de tremendo carácter, le encantaba ese
gesto diario que le dedicaba al senador con el dedo corazón levantado, fue la
tercera en llegar a la casa de Lucrecia y pronto encontró en una de las fiestas
lo que buscaba después de rechazar a otros que la buscaban a ella…
Le sabia sacar partido a su delgado cuerpo bien bronceado y que destacaba
con su traje amarillo, se bestia con elegancia y de forma muy sexy pronunciando
bien sus atributos.
La cadencia en su forma de hablar, de moverse, sonreír y esa forma de mirar
con sus preciosos ojos caramelo turbaba desde el principio a los hombres que
rápidamente se rendían a sus encantos.
Conoció a un magnate de la industria farmacéutica, Bosco, de origen polaco,
casado y con una hija, tenia cuarenta y un años, el más joven pretendiente que
hasta ahora tuvo el grupo de amigas. Solo tardó cuatro meses en enterarse la
mujer de Bosco del lío suyo con Rosario, por unas fotos que un supuesto
paparazzi les había tomado a trabes de la ventana de un motel, el fotógrafo iba
enviado por Lucrecia y le dejaron las fotos por debajo de la puerta de su casa.
Fátima la mujer de Bosco, siempre le dijo que si se enteraba de una infidelidad,
lo dejaría al momento sin pedirle explicaciones, eso se lo contó a Rosario y
fue su perdición. En cuanto recibió las fotos hizo su equipaje y se marchó a su
casa de Francia.
Los trámites del divorcio solo duraron cinco meses y cuando tuvo la resolución,
se casó con Rosario que lo tenía siempre con la testosterona saliéndole por las
orejas.
Llevaban casados poco más de un año y Lucrecia le insistía en que tenía que
acabar pronto con ese matrimonio, al casarse con ella le había regalado el
treinta por ciento de su imperio farmacéutico y le urgía meterse en ese negocio
por sus miras puesta en los narcóticos.
Un dispositivo electrónico con una pequeña carga colocado en el circuito de
frenos y controlado a distancia, .se lo colocó el agente del servicio
secreto asignado a don Tomás el senador, por supuesto sin el conocimiento de él.
Solo era uno de los personajes peligrosos a sueldo de Doña Lucrecia. El agente
lo siguió a distancia cuando iba a esquiar y antes de una curva peligrosa,
activó la pequeña carga con una sustancia que no dejaba rastro…Don Bosco no
tuvo ninguna oportunidad y se estrelló en el fondo de un barranco. El coche
quedó tan destrozado como Don Bosco y eso hizo que quedaran pocas pruebas para
que determinaran los peritos la causa del siniestro.
Resultado final. Muerte por accidente sin causa determinada…
Rosario ya tenia puesta sus miras en un magnate del juego y los casinos que
en mas de una ocasión en las fiestas dadas conoció y nunca le dijo que no,
cuando se solucionara lo de Don Bosco, el seria su próximo objetivo…
Hay personas tan poderosas, tan corruptas y malvadas, que ni el diablo
acepta hacer pactos con ellas. Garganta profunda como así le llamaban sus
amigos y enemigos porque se lo tragaba todo… todo lo que oliera a chantajes,
asesinatos y sobre todo, juegos de loterías, carreras y casinos, un autentico
mafioso sin escrúpulos con docenas de cadáveres bajo la alfombra. . Tenía pinta
de niño bueno y Rosario se quedó prendada de el, aunque conociendo las
verdaderas intenciones de la dama, no cabe duda de que estaba prendada de su
poder y su fortuna.
No sabía en el nido de ratas que se metía al entrar en esa familia, pero
recordaba lo que una vez le dijo Lucrecia. No tengas miedo nunca Rosario por
donde te metes, entra siempre como ratita y compórtate como mangosta…
Cuando conoció a Pascual, este estaba siempre rodeado de damas de compañía
como el quería decirles a esa media docena de putas que le rodeaban y utilizaba
para sus negocios. Curiosamente al conocer a Rosario, dejo a uno de sus
lugartenientes al cargo de esa faceta de su negocio para dedicarse por completo
a ella. Por primera vez en su vida, se sentía realmente enamorado y a ese tipo
de hombres cuando se les enamora, le pasa como a Sansón cuando le quitaron su
pelo, se quedó sin fuerza…
Pero ya se sabe que, quien con infante pernocta, excrementado alborea y eso
es lo que le pasó a Tomas al contratar a una secretaria menor de edad en el
séptimo mes después de su boda, se llevó a la secretaria a una cabaña que tenía
en las montañas y una explosión de gas lo mandó a cincuenta metros cayendo
sobre una fosa séptica cubierta de excrementos, los dos seguían abrazados,
desnudos y muy muertos…
Dictaminaron los peritos que se produjo un fallo en el alimentador de gas
de las calderas del sótano que hizo volar el forjado y todo lo que había
encima. Rosario no quería saber nada de los turbios negocios de Pascual y por
una pequeña fortuna se lo dejo a su mano derecha, otro italiano con negocios
propios aún más turbios como la trata de blanca.
Siempre me pareció eso de la trata de blancas muy racista,
¿Acaso los demás colores no merecen tratos?...
El tercer marido de Rosario era sin duda el más poderoso y rico que tuvo el
grupo de las cinco. Norte americano afincado en España, su familia hizo fortuna
en la guerra de secesión americana fabricando todo tipo de armas para los dos
bandos, pero Richard amplió sus negocios a todo el mundo y allí donde había una
guerra estaban sus armas.
Si la cosa estaba tranquila, sus mercenarios provocaban disturbios en algún
país con gobiernos corruptos y no solo les vendía las armas, les vendía
servicios de reconstrucción y los contratos de seguridad y escolta privada de
su reserva de combatientes, soldados de la muerte armados hasta los dientes.
Pero con todo eso, no estaba a salvo de una mujer despechada como se sentía
Rosario por sus continuos viajes y juergas. El peligro no estaba fuera, lo
tenía en su propia casa.
Richard era ya un hombre maduro de sesenta y dos años y no muy agraciado y
eso iba a precipitar sus planes, es el marido que menos le duró, dos meses y
medio.
Ella se marchó un fin de semana y un criado que solo llevaba quince días en
la casa,
sin papeles y contratado por Rosario, previamente caramelizado con la
mitad de la suma prometida, 50.000 euros, le echó un somnífero en el coñac…
Abrió el terrario y tomó una mamba negra que le introdujo bajo la sabana,
viendo que no le mordía le apretó por detrás de la cabeza para que abriera las
mandíbulas y la presionó sobre el muslo.
El lunes a las ocho de la mañana, la policía llamó a la casa y preguntó por
Rosario, le hicieron varias preguntas relacionadas con el criado que había
desaparecido, solo les dijo que llegó buscando trabajo y estaba de prueba pero
no sabía nada mas de él…
Es la primera vez de mucha que ella y sus amigas tendrían la visita de la
policía…
Berta, la dama de azul. Sus dos bodas.
Las amigas le llamaban la bomba y es que ella era una verdadera bomba, una
guitarra española con generosos bustos y muslos, como gustaban a los hombres de
aquella época y todas las épocas en que a los hombres le gustaban de verdad las
deliciosas mujeres…
A veces en el internado, las demás amigas sentían celos si ella estaba con
otra del grupo sin ser invitadas y eso en la actualidad no había cambiado
cercana ya a sus cincuenta años. También la más apasionada de todas sin
importarle la carne o el pescado, disfrutaba tanto con hombres como con sus
amigas, ninguna de ellas tuvo jamás relaciones sexuales con otras mujeres, eso
lo reservaban únicamente para el grupo después de tomar el té.
Por su gran apetito sexual, ella no quería casarse con un hombre mayor,
aunque sabía que no le duraría mucho ese semental heredero de la familia
Osborne, deseaba exprimirlo hasta el último día que cantara la Traviata con el
en la cama.
Se sentía enamorada cuando se casó con Bertín, un mozo alto y atlético y
curtido por el sol de Andalucía. Su padre por enfermedad, legó a su hijo en
vida la mitad de sus posesiones, mataderos, una flota de camiones y grandes
supermercados y centros comerciales repartidos por varios países.
Berta era muy celosa y sanguínea y no podía ver como su recién estrenado
marido, seguía coqueteando con todas las que se ponían a tiro y se las
tiraba…consiguió fotografías comprometedoras de el para chantajearlo pidiéndole
el divorcio pero él no lo aceptaba, era la única dama que quería hacer las
cosas legalmente…
Como venganza, Berta se lió con su profesor de tenis que le enseñaba los
toques del derecho y del revés y eso le encantaba. Le comentó a Lucrecia lo de
la petición de divorcio a su marido y ella contesto…nooo, vete de aquí y
resuélvelo cuanto antes.
En una de las fincas donde criaban vacas, había una gran zanja abierta con
animales dentro en cal viva, muertos por la epidemia del mal de las vacas locas
Bertín estaba mirando y lamentando ese espectáculo, ensimismado en sus
pensamientos, no prestó atención al todo terreno de Berta que se acerco y lo
echó dentro de la zanja, tomó una manguera con un rociador de productos tóxicos
y lo vertió sobre el, en dos minutos Bertín moría con los ojos quemándole y
mirando a Berta como si hubiera visto un fantasma…por un camino secundario que
deba a la finca, su profesor de tenis miraba.
Tomó con la carretilla basculante una gran cantidad de cal y el hombre desapareció
por motivos de viaje inesperado permanentemente.
La Interpol aún lo está buscando, ella declaró que su marido había salido
de viaje sin decirle donde y su coche jamás había aparecido…
Su profesor de tenis no sabía donde se metía cuando intentó chantajear a
Berta por que la vio empujar con su coche al marido en la zanja y sabia donde
estaba el, podía decírselo a la policía y se quedaría para siempre en la
cárcel.
Quedó con él un domingo a las tres de la tarde para darle el dinero del
chantaje…fue a las dos de la tarde que solo estaba el encargado en los corrales
de los cerdos donde hay al lado un procesador de carne con una tolva y un
triturador y le dio libre toda la tarde.
Cuando llegó su chantajista, le pregunto, ¿tienes el dinero? Y ella sin
decir palabra, abrió su cartera supuesta-mente para dárselo y sacó una
pistola y le disparó directamente a la cabeza, lo izó con la carretilla
elevadora hasta la boca de la trituradora y la puso en marcha, cuando salió por
la otra parte convertido en carne de hamburguesas, se la echó a los cerdos y
disfrutó un rato mirando como comían…solo pensó, ¡Maldito cabrón, me has dejado
con la entrepierna en cuarentena¡ sonrió por su propia ocurrencia.
Berta no era mujer de cuarentenas prolongadas y esa misma noche llamó a la
casa de Rosario, al amanecer había olvidado a su apuesto marido y a su profesor
de tenis…
Álvaro era propietario de fábricas de quesos en Burgos, la leche procedía
de su propio ganado, vacas y ovejas que se criaban en dos fincas de su propiedad
en la sierra. No tenía familia pero si una afección coronaria grave que le
obligaba a llevar marca-pasos, a sus setenta y ocho años. Conocía a Berta hacia
ocho meses y desde entonces quería cambiar los quesos por la carne fresca de la
muchacha. Cuando ella se quedó viuda le hablo claro…
Berta, soy un hombre mayor, ya me ves y además muy enfermo, quiero terminar
mis días contigo y como no tengo descendientes, te lo dejaré todo a cambio de
que te cases conmigo. Voy a durar poco y necesito terminar mis días
acompañado…no te pido que me quieras, solo necesito tu compañía…eso le decía
mientras pensaba en Berta la primera noche de boda en su cama ordeñándola con
su desdentada boca…ella dijo que si quiero…a su pequeña fortuna.
Fue el marido que menos duró, apenas unos minutos, no se fiaba de las
intenciones del viejo y contrató al fantasma que le hacia los trabajos sucios a
Lucrecia.
El liquidador, se apostó en un lateral de la iglesia al lado de una columna
a salvo de miradas y cuando el viejo dijo si quiero y se dieron un beso,
acciono un disparador de microondas de su bolsillo dirigido hacia Álvaro,
echándose las manos al pecho con muestra de dolor, cayó fulminado al suelo…el
veredicto fue fallo del marca pasos y la compañía fabricante los sustituyó
todos del mercado. Aparte de la fortuna del viejo, cobró del seguro 750.000
euros…
Las damas tenían suficiente dinero para tomarse unas largas vacaciones y
dedicarse a tomar el té.
El éxito de la operación de estas damas se debía a Lucrecia, jamás
sustituyeron o cambiaron a los directores de las diferentes sucursales o
casas matrices de las empresas. El presidente del consejo de administración y
altos ejecutivos seguían en sus puestos, de esa forma se evitaban problemas con
esos tiburones y ellas se limitaban a cobrar cada año las pequeñas fortunas que
sus diferentes empresas generaban…
Las damas desaparecidas.
Avisada Lucrecia de la próxima visita de la policía, aunque sabía que por
el momento no tenía nada sólido para arrestarlas, decidió que ya era tiempo de
tomarse un largo descanso y dejar enfriar todo el asunto. Llamó a las amigas y
esa misma noche tomaron todas un vuelo a las Barbados. Compraron una gran
mansión y se dedicaron exclusivamente a su propia felicidad sin negocios o
problemas que las distrajeran.
Salían con mucha frecuencia juntas, a cines, teatros y restaurantes,
pero jamás se relacionaban con hombres, sus necesidades las tenían bien
cubiertas en la noche cuando en una gran cama giratoria y con espejos en el
techo y las paredes, copia exacta de la que tenía Lucrecia en su mansión, se
dedicaban a practicar las posturas del Kamasutra…
El topo que tenía en la policía judicial, le informaba de los avances que
se hacían sobre el caso de las damas misteriosas como se le había
etiquetado…pero el caso por el momento estaba paralizado por falta de pruebas
incriminatorias contra ellas y el jefe de policía no encontraba suficientes
argumentos para autorizar un viaje de su equipo a las Barbados…por el momento
las damas estaban a salvo y disfrutando de su descanso.
En esa feliz etapa de sus vidas, las damas rondaban los treinta y cinco
años, pasarían diez años más hasta que decidieran volver a Sevilla asesorada
por su topo que decía no había nada que temer.
Un nuevo jefe de policía se había hecho cargo de la comisaría central y
archivado la investigación por falta de pruebas incriminatorias, solo parecían
hechos circunstanciales
Pero al hacerlo, tuvo el mismo presentimiento que el anterior investigador,
demasiadas coincidencias en los asuntos relacionados con esas señoras.
Retomaría el caso si esas damas volvían a Sevilla y se produjera alguna nueva contingencia.
En el expediente había una nota relacionada con una visita que le hizo su
antecesor a Don Tomas el senador, decidió que iría a entrevistarlo. A la mañana
siguiente llamó a su puerta y el criado lo hizo pasar a su despacho.
Don Tomas, vengo a hacerle unas preguntas sobre Doña Lucrecia que tengo
entendido era su mujer.
Está usted en un error, solo era una ahijada mía, una señorita que la tome
bajo mi protección al salir del internado y cuando se hizo mayor de edad, le
deje la mansión de mis padres para que tuviera su propia vida. No tengo
relación con ella y en estos últimos diez años no he sabido donde se encuentra.
El jefe de policía volvió a la central y archivó el expediente en casos sin
resolver, aunque en el fondo pensaba que no tenía ningún caso…quizás después de
todo las damas no hicieran nada malo.
Cuando el senador se quedó a solas, llamó a su contratista de obras para
preguntarle como iban los trabajos que se hacían en el sótano colindante a la
medianera de la casa de Lucrecia. Sus padres fallecidos les dejo con los planos
de las dos mansiones, donde residía el y la de al lado que le cedió a Lucrecia
mediante chantaje, esos planos serian cruciales para el desenlace final que
había preparado para las damas…
De vuelta en Sevilla, tomando el té
El día amaneció lluvioso, pero eso no impidió que a
las dieciséis hora, las damas bajaran de sus limusinas y
subieran juntas con sus paraguas de colores, la escalinata de la mansión
de Lucrecia en su primer día de estancia en Sevilla, después del largo periodo
vacacional en las Barbados. Desde donde observaba el senador, al pasar por
debajo parecía como si hubieran puesto en fila las fichas de un parchís.
Un coche camuflado de la policía judicial con un agente de paisano,
contemplaba el espectáculo propio de una puesta en escena de una película de
Fellini…
Cerca de ese coche había otro con dos agentes del servicio secreto, las
ventanillas tintadas para mantener a salvo de miradas exteriores una cámara de
video con micrófono láser que obtenía todos los sonidos a considerable
distancia.
Las damas sabían estos detalles y no pronunciaron una sola palabra mientras
subían.
Rosario como años atrás, no pudo evitar levantar el dedo corazón hacia Don
Tomas el senador, que seguía con su rutina y su prismático mirando el cortejo.
Se diría que este grupo tan pintoresco no había cambiado en sus más de
veinticinco años juntas, en la puerta de entrada donde Lucrecia esperaba, se
dieron un beso protocolario en las mejillas mientras sonreían artificialmente,
cuando la puerta se cerró se besaron todas en la boca apasionadamente.
No dijeron una sola palabra hasta entrar en un salón blindado a escuchas
electrónicas desde el exterior, en el interior había cámaras de vigilancia
colocadas por Don Tomas, pero eso no le preocupaba, el senador solo vería y
escucharía lo que Lucrecia quisiera para bien de sus propios intereses.
Se sentaron las cinco en una hermosa mesa circular blanca de madera de
roble lacada en blanco, tenia incrustaciones en mármol rosa de diferente parejas
en posturas altamente erótica, en el centro una rosa blanca y a los lados
cuatro rosas rodeándola, roja, azul, amarillo y verde.
Un joven musculoso y solo vestido con una pajarita y un delantal, trajo un
carrito con algunas bebidas, Rosario siempre se tomaba un whisky, las demás
damas un jerez dulce.
En esos preliminares del té, todo era muy inocente a pesar de ese Adonis
rondando entre ellas, solo era un mero objeto decorativo viviente al que se
acercaba alguna de las manos de las damas para aliviar sus tensiones
momentáneas.
Las conversaciones seguían una pauta también inocente y ambiguas sin mucho
contenido, solo parecía estar pasando el tiempo hasta que llegara la hora del
té.
Si daba la impresión que en la atmósfera flotaba un aire cargado de lujuria,
las damas se apretaban las manos como impacientes por algo o por pura ansiedad,
se notaban inquietas desde que supo por Lucrecia que había cámaras de
vigilancia dentro puestas por el senador, pero sobre todo por no poder exhibir
todos sus encantos como les gustaba frente a esas cámaras y aplacar su lujuria
allí mismo…
Por las cámaras del senador no se preocupaban, tenían tanto contra él, que sabía
que no las iba a utilizar en su contra y podían tomarse la libertad de vez en
cuando de regalarle un gesto obsceno…
A las diecisiete hora exactamente, un precioso carrito de madera importado
de china, hizo su aparición empujado por ese semental que hacia volver las
miradas de las damas, sobre todo cuando los miraba por detrás que el delantal
no lo cubría y el mozo conocedor de su oficio, se inclinaba sobre el carrito
para pronunciar sus atributos, haciendo que los ojos de las damas se movieran
al compás de sus caderas…
Una obra de arte en cerámica china, conformaba todo el juego de té y
empezando por Doña Lucrecia, una a una pudo paladear de su taza, un té al
estilo moruno, muy dulce y con mucha hierbabuena, un verdadero placer para los
sentidos.
En una bandeja de plata haba un surtido de pastas, bombones rellenos de
licor y trufas.
A las dieciocho horas, las damas se levantaban y se dirigían a una
habitación de la planta alta donde todas sus tensiones desaparecerían…
En el dormitorio de Lucrecia
En una gran estancia en la planta superior, estaba el dormitorio de
Lucrecia, destino habitual de las damas después de tomar el té.
En el rincón izquierdo que estaba redondeado en forma de medio punto, una
gran cama giratoria presidía el espacio, la pared estaba cubierta de espejos
adaptándose a la curvatura. En el techo un gran espejo del mismo diámetro que
la cama, 2,80 metros.
Del centro del espejo colgaba un cilindro plateado sujetando cinco
pantallas de plasma
Inclinadas a setenta grados sobre la cama. Un reproductor de cabeza
múltiple mandaba la señal a las pantallas, cuatro tenían imágenes de las damas
grabadas en sus anteriores orgías y otra alternaba los vídeos que las
diferentes señoras se tomaron con sus maridos.
No estoy escribiendo una novela porno, por lo que no entraré en detalles de
lo que allí sucedía y cualquier lector, es lo suficientemente inteligente
para imaginárselo.
Si puedo decirles, que vi uno de sus vídeos cuando entreviste a Lucrecia en
una de las sesiones que me dedicaba para tomar las notas del libro que quería
escribiera para que se publicase después de su muerte.
Al lado de sus vídeos, las películas porno son material de educación sexual
para niños…
Las sesiones relajantes como a ellas les gustaba llamarlas, duraban hasta
las 20.00 P.m.
Después tomaban juntas un baño de burbujas con sales minerales y se vestían
para salir a cenar. Cada noche lo hacían en un restaurante deferente y hoy les
apetecía marisco y se fueron a la dorada.
El problema del aparcamiento en esa zona, les impedía tomar las
cuatro limusinas y tres se quedaban en la escalinata de la mansión.
Cuando vieron partir a las señoras, el agente de la policía judicial siguió
a la limusina hasta su destino y esperó pacientemente en la puerta. El agente
del servicio secreto se retiró a sus oficinas a redactar un vació informe de
unas horas perdidas.
Terminaron de cenar y el coche las llevó de vuelta a la mansión, cada una
se subió en sus respectivas limusinas y se alejaron por la avenida de la
palmera hacia la carretera de Cádiz, recorrieron cinco kilómetros y se
desviaron por un camino de propiedad privada hacia un campo de grandes
alcornoques donde en una zona central aparecía un complejo deportivo con una
gran piscina, pista de tenis y un solárium.
Formando como un trébol de cuatro hojas, cuatro mansiones circundaban el
espacio. Los cuatro áticos eran de color blanco y las fachadas de color ocre
con grandes figuras incrustadas de cerámica de la cartuja, cada una de un
color, rojo, azul, amarillo y verde. Las figuras estaban inspiradas en la
pintura el jardín de las delicias…
El policía no pudo entrar hasta las mansiones por que una gran puerta de
hierro se lo impedía y por orden de su superior se aposto en las cercanías a
esperar novedades…
Un coche deportivo paró en la puerta y metió un pequeño paquete por la
apertura del buzón, al ir hacia su coche el agente lo paró para interrogarle porque
estaba a esas horas de la noche entregando un paquete, le dijo que el entregaba
un regalo a la hora que le pareciera bien y que la policía no se lo podía
impedir…lo esposo y lo metió en su coche, esto es una investigación judicial y
te vienes conmigo a la comisaría, si no colaboras vamos a mirar con lupa todas
tus actividades…
El joven visiblemente nervioso balbuceó, OK, les diré lo que quieran saber,
el policía arrancó su vehículo y se fueron camino de la jefatura central…
Una llamada de Rosario a la central, que vio por la cámara de vigilancia
como se llevaban al joven, hizo cambiar al vehículo de dirección después de
recibir una orden por la radio del coche…Volvió a la propiedad privada de las
damas y dejó al joven en su vehículo. El agente se marchó moviendo la cabeza
contrariado…
El agente judicial encargado del caso de las damas misteriosas, tenía en
una pequeña bolsa de plástico con la etiqueta de prueba, una bala calibre 38
aplastada, con signos evidentes de haber sido disparada. La bala la llevó un
carnicero que había comprado una partida de cinco cerdos en la granja de Berta
y al despiezar uno de ellos la tenia alojada en los intestinos. Le pareció algo
sospechoso y se lo comunicó a la policía.
Antes de irse Berta y las amigas a las Barbados, un agente estuvo en la
finca por la desaparición del marido sin haber encontrado ninguna pista y esa
bala que era la disparada por Berta contra su profesor de tenis, aún no había
sido descubierta, el profesor fue triturado en una picadora de carne industrial
y echado a los cerdos..
La zanja con el ganado muerto por la epidemia había sido rellenada con cal
viva con la compañía del marido de Berta dentro. Se rellenó con un metro de
hormigón y otro metro sobre ella de tierra donde retozaban los cerdos de la
granja…
Quince años después y ante la presencia de esa prueba que presentaron al
fiscal, este dio orden de arresto contra Berta, aún sabiendo que solo era una
prueba circunstancial que no demostraba nada, la bala podía haber ido al
intestino del cerdo por muy diferentes causa, incluso a trabes de los alimentos
procedente de otro sitio. Esa orden la emitió para aprovechar las veinticuatro
horas que podían legalmente retenerla sin una acusación formal y hacer una
búsqueda exhaustiva en la propiedad de Berta.
Berta no estuvo más de una hora en la comisaría, el abogado pidió que se
hiciera una acusación formal o la pusiera en libertad, el fiscal no tenia con
que apoyar esa acusación y salió de la comisaría con tres coches de la policía
y una orden de registro.
Lo que en realidad estaba buscando el fiscal, era el arma que había
disparado esa bala que sospechaba tenía que estar en esa propiedad.
Hicieron un registro minucioso durante todo el día y parte del siguiente
pero no apareció ningún tipo de arma en su propiedad ni en su casa, no podía
saber la policía que prácticamente estaban andando sobre ella cada vez que
pasaban junto a los cerdos…
Pero les hubiera sido imposible encontrarla bajo un metro de tierra y otro
de hormigón.
Cuando el agente encargado del caso se lo comunicó al fiscal, este dio un
tremendo puñetazo en la mesa…maldita sea, es que estas putas se van a salir
siempre con las suyas…ordenó que incrementaran la vigilancia a las cinco damas
y recibir un informe cada veinticuatro horas, o en el momento que hubiera algo
importante que informar.
El joven que habían detenido junto a la mansión de las damas y después
soltaron por una llamada recibida, lo sorprendió la policía en plena calle
entregando un pequeño paquete que contenía cocaína a un vendedor conocido en
los medios policiales por dedicarse al menudeo de narcóticos, los dos fueron
detenidos y acusados de tráfico de drogas, sobre la mesa del jefe de
investigación que llevaba el caso de las damas había una nota… tenemos un
pececito, que puede ser una ballena…¿Podrá tragarse a las damas?
Muerte de un testigo
Pablo el pequeño traficante y Ramón el suministrador de las damas,
ingresaron en celdas separadas en la jefatura central de la policía a espera de
ser llamados por el juez para declarar, su abogado se presentó para decirle que
no hablara hasta que lo hiciera en el juicio si este se llegará a celebrar, por
que el confiaba que lo sacaría sin cargos.
Lucrecia llamó a la esposa de uno de los policías para hacerle un encargo.
Le llevaría a la comisaría esa tarde a última hora un termo con café y un
bocadillo para la cena pues el policía no salía de servicio hasta las doce de
la noche.
Un mensajero llevó a casa de la mujer un termo, en el interior con el café
había una capsula hermética con dos gramos de cocaína adulterada con estricnina
y arsénico, se la llevo al marido a la jefatura.
Antes de salir de servicio a las doce menos cinco de la noche, sacó la
capsula y se la llevó a la celda de Ramón…toma, esto es un regalo de Lucrecia,
para que no pases una mala noche y se marchó…a las doce y media una ambulancia
recogía a Ramón por el que no pudieron hacer nada, llegó muerto al hospital.
El comisario de guardia, no podía determinar si esa droga se la suministró
algún policía o la traía Ramón camuflada en alguna parte de su cuerpo o en los
dobladillos de la ropa.
Un mensaje de texto llegó al móvil del investigador judicial del caso…me
parece que la ballena se tragó al pececito…el mensaje provenía del agente
secreto que investigaba las actividades de las damas.
El fiscal cuando llegó por la mañana a su despacho se enteró de lo sucedido
y llamó a los investigadores que tenían que haberle informado de cualquier
contingencia y les habló a gritos, soy una pandilla de incompetentes, como es
posible que maten a un testigo importante dentro de la misma comisaría y nadie
sepa nada…el silencio fue suficientemente elocuente, los policías se
miraran unos a otros sin saber como reaccionar…salid de mi despacho, a las doce
quiero a todos los investigadores del caso en la sala de reuniones.
Cuando se celebró la reunión, nadie tenia algún dato nuevo que aportar, uno
de los agentes de vigilancia dijo que las damas desde que volvieron no habían
tenido ninguna actividad que levantara sospechas, las escuchas electrónicas en
la casa no habían aportado ningún resultado y aparte de las reuniones diarias
en la casa de Lucrecia y sus cenas en los restaurantes que eran publicas y de
las que no pretendían esconderse, las damas permanecían toda la mañana en sus
mansiones, hemos pedido una orden judicial para pinchar sus teléfonos pero el
juez no encuentra argumentos en que basar esa decisión, tenemos que presentar
algo tangible para conseguir la orden.
Sonó el móvil del inspector jefe, hablo solo un minuto y al colgar comunicó
a los presentes, esta mañana se encontró el ama de llaves a la señora Vanesa
muerta, por las características de la muerte, parece ser la misma causa que
mató a Ramón en la celda…
La confesión de Lucrecia
La muerte del narcotraficante y la de Vanesa, estaban estrechamente ligadas
al morir los dos por los efectos de la misma sustancia como demostró la
autopsia, el fiscal ya tenía los suficientes indicios para pedir al juez un
registro de las mansiones de las damas y de otras propiedades. Intervinieron
ordenadores, móviles y documentación para su estudio pericial. No encontraron
sustancias estupefacientes ni armas en ninguna casa de las damas, excepto
escopetas de repetición de cañones superpuestos que las damas utilizaban en la
finca para el tiro al plato.
En una primera inspección de todo ese material no encontraron nada
sospechoso y la alegría con que se empezó este nuevo movimiento, se fue
transformando primero en violentos comentarios sobre esas señoras, después en
algo de decepción entre los investigadores hasta sentir cierto grado de
impotencia.
En una reunión, el mismo agente que dijo anteriormente que quizás las
señoras no tuvieran nada que esconder, volvió a repetir lo mismo… ¿y si estamos
persiguiendo a unas personas que realmente no hicieron nada ilegal aunque las
circunstancia así pueda hacerlo parecer?
El inspector jefe, volvió a dar un fuerte puñetazo en la mesa, propio de su
actitud cuando está contrariado…Jodeeerrr, no quiero escuchar mas esa
gilipollez, el hecho de que nosotros seamos unos incompetentes que no
adelantamos nada en el caso, no quiere decir que esas damas estén limpias,
¿acaso olvidan que esas muertas de hambre de la nada se hicieron con verdaderas
fortunas a costa de las muertes de sus maridos no aclaradas? Tenemos que
ponernos las pilas y aclarar este caso…
Lucrecia sonreía cuando llamó a su casa la policía que le llevaba la
documentación, ordenadores y efectos confiscados para la investigación por no
haber en ellos nada de interés que pudieran utilizar contra la dama. En las
casas de las otras señoras la misma escena se repetía con unos policías
que se alejaban moviendo la cabeza…
Esa tarde a la hora del té, solo tres mujeres subían la escalinata de la
mansión de Lucrecia, parecía que nada hubiese cambiado a la hora de tomar el
té, ni siquiera hablaron de la muerte de Vanesa, se diría que jamás había
existido para ellas.
Eso cambió cuando las cuatro damas bajaron al sótano donde antes había una
bodega de vinos y Lucrecia la transformo en una pequeña fortaleza, por dentro
se había forrado con planchas de hormigón cubiertas por unas placas de plomo.
Los equipos electrónicos instalados, impedían cualquier escucha en el
exterior, esa medida la tomó Lucrecia por la cercanía de la mansión de su
vecino el senador.
Había una mesa larga en el centro de la estancia con una baraja de cartas y
un juego de parchís, al lado un carro de bebidas y un mini bar. En el frente
una gran televisión de plasma y debajo un equipo completo de reproducción de Dvd
y videos antiguos de cinta.
En el lateral derecho, seis sillones ocupados por una especie de maniquís
con traje de etiqueta, los rostros recubierto de cera, pero debajo estaban las
cabezas autenticas de sus propietarios…
En esa estancia explicó Lucrecia a sus amigas que la muerte de Vanesa
fue decisión suya, su gran adición a la cocaína nos estaba poniendo a
todas en peligro, por eso mandé eliminar a Ramón el narcotraficante al que
llamó Vanesa desde una cabina cercana a su casa para que le llevará drogas y yo
no podía permitir que lo relacionaran con nosotras.
Una noche me acerqué a vuestra finca y llame al portero automático de
Vanesa para que saliera diciéndole que no tenía tiempo para quedarme y cuando
salió a la verja, le tendí una bolsita a la vez que la daba un beso y le decía
que se cuidara…
Las tres amigas se levantaron de un salto gritándole de forma amenazadora…
Planes de asesinato
Lucrecia sin inmutarse en su asiente gritó, ¡Sentaros coño¡…las amigas
parecía que les hubiera dado una orden un cuidador a sus perros, se sentaron
sin decir una palabra.
Ella les habló…Sabéis que desde que éramos pequeña en el internado siempre
estuvimos juntas y os protegí aunque solo tenemos un año de diferencia, di la
cara por cosas que hacíais vosotras y cuando salí de allí os prometí que
seguiría cuidando de todas. Lo que hice con Don Tomas el senador, fue para
aseguraros un techo donde podáis estar al salir del internado y durante más de
veinticinco años os he ayudado, asesorado y protegido…Las amigas asentían en
silencio…
Pues eso mismo voy a seguir haciendo, ayudaros y protegeros incluso de
vosotras misma y si alguna hace algo que ponga en peligro a las demás, se las
verá conmigo, como Vanesa a la que quería como no podéis ni imaginar. Espero
entendáis cuanto os quiero para haber tenido que tomar una decisión tan
dolorosa para mí.
Las tres amigas se levantaron con lágrimas en los ojos y acercándose a
Lucrecia la abrazaban y besaban.
Ahora prestar atención, sabéis que arriba tenemos vigilancia por el senador
que yo no he querido nunca desactivar para utilizarla para mis propios fines y
por eso Tomas ha tenido tantas perdidas en bolsa y se le fueron al garete
varios negocios, por nuestros señuelos en las conversaciones dirigidas a que el
tomara decisiones equivocadas.
Ahora estamos en esta sala para hablaros de los planes que tiene el para mí.
Sus plan desde hace muchos años fue eliminarme, pero nunca ha querido
arriesgarse por la cinta que grabé de vídeo donde sale en la cama conmigo
cuando aún era menor de edad, mi amenaza de hacerla pública si a mí me pasara
algo lo ha mantenido quieto, pero se está haciendo mayor y ya no ejerce como
senador, también he sabido que está muy enfermo y decidido a acabar conmigo.
Los muros de hormigón y plomo que en este sótano mandé instalar, no son solo
como protección contra escuchas, su mansión es gemela con esta y tiene en el
sótano la bodega de vinos como era esto antes.
Las dos bodegas estaban comunicadas por un pasillo subterráneo que
utilizaban en caso de emergencias…señalando a su espalda dijo…la puerta de
entrada por el pasadizo estaba allí y la dejé inutilizable para que no pudiera
entrar en la mansión.
Ahora es cuando más cuidado debo tener con ese hombre, porque en un mensaje
de audio que me mandó una criada suya que tengo sobornada, habla con un
ex-agente del servicio secreto de su seguridad personal y le ofrece quinientos
mil euros por eliminarme, el agente ha rehusado por el peligro que existe en
estos momentos por la vigilancia policial y los agentes del servicio secreto.
Por eso ayer cuando tomábamos el té arriba y sabiendo que el está
escuchando, os comente ese audio y os dije que lo mandarais a la policía si yo
sufro un atentado…
Yo no creo que ese cabrón se atreva a mover fichas…
En los registros efectuados en la casa por la policía, jamás encontraron la
entrada a ese sótano, se accedía tecleando un código de seguridad en un pequeño
panel camuflado dentro de la caja fuerte que hacia subir cuatro baldosas de
mármol y bajar una escalera
automáticamente. Al llegar abajo había otra medida de seguridad, solo se
accedía a un pequeño recibidor con un botellero de vinos y dos sillas y
en el frente una pared de hormigón donde parecía terminar ese pequeño sótano.
Esa pared de hormigón forrada de madera como el resto de la pequeña estancia,
subía o bajaba mediante un código que se introducía en el móvil de las señoras.
Quizás tanta seguridad sea la propia perdición de Lucrecia y sus amigas,
por que Don Tomas en esos momentos, sonreía en su casa cuando le llegó un
pedido que había hecho a un amigo alto cargo de un laboratorio que le
suministraba al ejército productos químicos… Había una guerra a muerte contra
Lucrecia y no quería perderla…
El sorprendente giro de Berta
Desde que salieron del internado, las damas a pesar de su educación
religiosa, jamás pisaron una iglesia, o quizás fuera por esa misma causa de
educarse entre monjas y sus malas experiencias con ellas las que hicieron
apartarse de la religión.
Puede que por la vigilancia continua a que era sometida y la propia
conciencia que la perseguía recordando los hombres que mató, le hizo dar un
giro inesperado a su vida.
Una mañana se presentó en la mansión dos hermanitas de los pobres, monjas
dedicadas a la asistencia a los necesitados, antes Rosario y Beatriz, habían
declinado recibirlas.
Las hizo pasar al salón, les ofreció un aperitivo y sentándose les preguntó.
¿Qué puedo hacer por ustedes? Doña Berta…
Llámeme Berta por Favor.
Queremos terminar un comedor y reparar los dormitorios de nuestra casa de
acogida para niños con retrasos mentales y deficientes físicos. El centro es
muy viejo, una donación del Ayuntamiento De Sevilla que se dedicó muchos años a
la atención de la tercera edad y se clausuró cuando hicieron el nuevo centro.
Nosotros le pedimos la cesión para nuestra causa y nos lo concedieron.
Estamos visitando su casa y las de otras personas con recursos con la
esperanza de que nos pueda ayudar.
Está bien hermanas, me gustaría ayudarles, pero tengo que conocer
personalmente ese sitio para hacerme una idea de que necesitan, también me
gusta saber dónde va a ir a parar mi ayuda y quisiera que mañana mismo me
reciban y me enseñen el centro.
Al día siguiente la recibió la madre superiora que volcó sobre Berta todas
sus dotes de amabilidad y nobleza cristiana, Berta por dentro pensaba, menuda
rata, como si no os conociera…y empezaron la visita por las instalaciones.
A Berta se la hacía un nudo en la garganta al ver el estado tan lamentable
que presentaba la construcción, sobre todo al ver a esas criaturas deficientes
mentales hacinadas sobre el suelo de un salón de juegos donde no aparecía ni un
solo juguete.
El comedor y la cocina estaban en un estado deplorable y parte del techo de
un dormitorio, aparecía desplomado sepultando a las dos camas del fondo.
Se paró y dijo,
Ya tengo suficiente, cuenten con mi colaboración, ahora madre deme la
dirección de su convento para ir a ver a la persona responsable de las
finanzas.
Le dio la dirección a su chofer y se encaminaron al límite del casco urbano
de Sevilla.
El convento está situado en unos terrenos de cultivo de la junta de
Andalucía.
Al entrar por el camino que lleva a la casa central, observó a unas monjas
con botas de goma y el hábito levantado trabajando la tierra, unas con azadón
abriendo surcos, otra plantando unas matas y otra con una regadera echando
agua.
Más allá había otras recolectando tubérculos y dos recogiendo naranjas, eso
le hizo pensar en la diferencia de aquellas que conoció en el internado,
vividoras y crueles.
Al entrar en el convento se sintió llena de una paz que no recordaba, su
sobriedad le hacia sentir la humanidad que allí se respiraba, el silencio la
confortaba y pensó…que buen sitio para limpiar mi conciencia…
Una novicia la condujo a una oficina pobremente amueblada donde la
responsable del convento la madre general María de las Virtudes, le estaba
esperando. Cincuenta y seis años de verdadera entrega a la causa de los
necesitados le conferían a su rostro un aire místico que hacía sentirse en su
presencia en paz con el mundo.
Pronto entraron después de unos saludos en el tema principal de la visita
que le trajo al convento y Berta le entregó un talón de doscientos cincuenta
mil euros, la monja puso ojos como platos a la vez que sus ojos se llenaban de
lagrimas.
Después Berta le dijo, hermana, ahora tiene que hacer usted algo por mí.
Dime hija que puedo hacer.
He visto que hay aquí novicias, jóvenes que algún día vestirán los hábitos,
no quiero engañarla, pues se que yo no sirvo para estar encerrada, pero
quisiera estar una temporada aquí de novicia y apartar el fantasma de mi pasado
que no me deja dormir, necesito una cura espiritual, le compensaré
espléndidamente por el tiempo que pase en su convento.
Berta, te puedes quedar el tiempo que quieras, pero tengo que advertirte
algo, no haremos distinciones contigo por tu posición y tu fortuna. Vestirás
como las novicias y te asignaremos todas las tareas que ellas hacen, incluso
recoger frutas y regar los huertos y eso será muy duro para ti que nunca
trabajaste.
No se preocupe madre, aunque a mis cuarenta y nueve años, espero le tenga
alguna consideración…
Berta no se quitaba de la
cabeza el coche permanentemente apostado fuera de la verja de su propiedad y
una llamada de un confidente sobre una próxima visita de la policía para
preguntarle por el coche desaparecido de su marido que encontraron en el fondo
de un barranco a las afuera de Tánger en Marruecos…
Muerte del senador
Lucrecia tuvo muchas oportunidades de matar al Don Tomas sin levantar
sospechas, no había ninguna confrontación conocida por personas ajenas a su
círculo y estaba el hecho de que ella no ganaba nada con la muerte del senador.
El tampoco ganaba nada con la muerte de Lucrecia, pero era un asunto de amor
propio y venganza personal que llevaba veinticinco años rumiando.
Sobre el pasadizo que unía las dos mansiones entre las bodegas, había tres
metro de tierra cubierta de césped y un precioso jardín japonés. En el centro
una fuente con peces de colores y plantas acuáticas. Sobre el centro de la
fuente se levantaba un dragón del que emergía un chorro de agua que iba a parar
a otra pequeña fuente completando un circuito cerrado en previsión de los
frecuentes cortes de agua en épocas de sequía.
Debajo de la fuente principal, una arqueta recogía el agua cuando esta se
vaciaba para su limpieza, otra arqueta de paso situada junto al muro del sótano
de Lucrecia y de allí pasaba a un pozo de registro del alcantarillado
urbano.
Los obreros de Don Tomas, habían accedido al tubo de hormigón de 200 m.m.
que conducía las aguas quitando toda la tierra de soporte de abajo para que se
rompiera el tubo al desaguar las fuentes. Colocaron una puerta metálica a modo
de compuerta para evitar que el agua fuera hacia la bodega del senador.
Ya le consiguió el agente del servicio secreto que trabajaba para el, los
códigos para abrir y cerrar la puerta blindada que daba acceso al sótano de
Lucrecia y estaba dispuesto a sepultarla para siempre. Por el monitor vio como
las tres damas entraban en el sótano, con el mando a distancia que tenia
bloqueo la señal de sus móviles para impedir que accedieran a la apertura de la
puerta, bajó al pasadizo y en un cuadro de mando que había cercano a la
propiedad de Lucrecia, oprimió el botón que ponía, desagüe fuente…la puerta que
le habían colocado en el centro del pasadizo se abría hacia dentro, sabía que tenía
poco tiempo antes de que el tubo se rompiera y se anegara todo el pasadizo de
agua.
Se fue hasta donde estaba antes la puerta que comunicaba las dos casas y
con los dos productos químicos comprado a un conocido laboratorio que trabajaba
para el ejercito, los vació como un extintor sobre el muro que inmediatamente
empezó a disolverse…encima suyo el agua se filtraba y pronto quedaría esa parte
de la galería inundada, corrió hacia la puerta metálica y le sobresaltó el
fuerte clic que escucho en la cerradura, cogió con fuerza la manilla tirando
hacia el pero la puerta no cedía. Un fuerte ruido lo hizo mirar asustado hacia
atrás cuando parte del techo se desplomaba y una gran cantidad de agua entraba
cubriéndole rápidamente hasta le cintura.
A través de su teléfono móvil, Lucrecia observaba la agonía de Don tomas
cuando el agua le llegaba hasta la barbilla y con toda tranquilidad puso en
marcha el mecanismo de una doble puerta de seguridad de acero inoxidable que
tenia instalada en el sótano en previsión de que el senador consiguiera
debilitar la existente.
Las tres damas con sus teléfonos móviles en las manos, presenciaron los
últimos minutos de Don Tomas. Fue importante la colaboración de una de sus
criadas que asesorada por Lucrecia, cuando sonó su teléfono móvil, puso en
marcha la bomba de llenado de agua de las fuentes para garantizar el completo
llenado del pasadizo.
Parte del terreno del jardín había cedido y se personaron los bomberos para
inspeccionar las causas, no pudieron entrar por casa de Lucrecia porque nadie
contestaba y lo hicieron por casa del senador, la mitad del pasadizo parecía
normal y al llegar a la puerta de separación no pudieron abrirla, un muro de
agua se lo impedía. Con un escáner comprobaron que estaba inundado y se fueron
a la superficie.
Una excavadora, abrió un agujero hasta llegar al techo del pasadizo y con
una bomba de agua lo dejaron vacío, volvieron al pasadizo y pudieron abrir la
puerta para rescatar el cuerpo sin vida de Don Tomas.
El jefe de bomberos pasó un parte a petición de la policía en el que
aseguraba que solo había sido un accidente, probablemente una fisura en el tubo
de desagüe o en una de sus uniones, produjo un desplazamiento de las tierras
que dejaron sin soporte al tubo que terminó cediendo y con la fatalidad de esa
puerta que solo abría hacia dentro, dejo al hombre atrapado sin remedio…El jefe
de policía añadió al informe:
Los dos productos químicos que había en el pasadizo, lo utilizo el senador
para debilitar el muro con intención de acceder al sótano de la casa de
Lucrecia, sus intenciones desde luego no la sabemos, pero nada bueno augura ese
hecho y el que puso la trampa al ratón, terminó comiéndose el queso…
Persecución infernal, disparos contra Lucrecia…
Después de los sucesos, las damas accedieron a la planta alta a través de
un pequeño ascensor de emergencia del que nada sabía Don Tomas, fueron al
convento a advertirle a Berta que la policía iba a poner en circulación una
orden de búsqueda y captura contra ella….
La pequeña cabina por donde subieron las damas, partía desde la bodega de vinos
en el sótano hasta llegar a la planta baja, solo subía un piso. El suelo donde
pisaba era un plato ducha que al estar en la planta se integraba en un cuarto
de aseo con lavabo y Wáter, Sobre el pequeño ascensor había otro plato de
ducha de setenta centímetro de lado, así que cuando el ascensor estaba en el
sótano, el cuarto baño de arriba aparecía con su ducha y al estar arriba, una
cabina de metra quilato con ducha incorporada.
Se hizo así a instancia del contratista como medida de precaución si la
puerta blindada no se abría por fallo eléctrico o del sistema y por escapatoria
en caso de necesidad.
Cuando las damas comprobaron por el monitor de sus móviles que el senador
estaba muerto, Lucrecia acciono un mecanismo en un gran tanque que contenía espuma
que se expandía y endurecía al contacto con el aire, pronto todo el sótano se
encontraba sellado y en su interior como un gran cubo de poliuretano, sus
tesoros se enterraron para siempre, ya no se podría entrar más en esa bodega en
las que tantos planes maléficos se gestaron y llevaron a cavo por el extraño
grupo de damas.
Un chofer de la limusina, recibió una señal en su móvil para que se
marchara y las dos desaparecieron inmediatamente de la calle, el agente de
servicio se quedó a la espera de ver salir a las damas. En la cochera
posterior, las tres subieron a un volvo negro blindado y se encaminaron hacia
el convento.
Por el espejo retrovisor, observaron un Fiat blanco que las seguía,
Lucrecia que conducía no se preocupó por eso, siguió adelante y paró cerca de
una farmacia, al lado había una puerta de cochera que se abrió con su mando y
el coche se introdujo en ella, el perseguidor quedó esperando en la acera de
enfrente. La cochera se elevó hasta el nivel de la calle posterior, las damas
salieron y continuaron su camino hacia el convento…
Tomaron la s-30, una pista de circunvalación que rodea a Sevilla hasta
llegar a la auto vía Sevilla Madrid, una moto de gran cilindrada se acercaba
rápidamente y Lucrecia giró hacia un polígono industrial, la moto las seguía y
se produjo una gran persecución al mejor estilo de las películas. El auto se
metió en una calle sin salida y el motorista poniéndose a la altura de la
ventanilla de Lucrecia, disparó una ráfaga contra el cristal blindado que
soportó perfectamente los impactos, mientras ella hacia una maniobra evasiva
marcha atrás para salir de nuevo a la vía principal.
La persecución continúo por el polígono en una carrera frenética que nadie
pensaba abandonar, pero el destino elige muchas veces quien gana o quien muere
y al saltarse ambos un stop, quiso que el motorista colisionara con una
furgoneta de reparto que frenó en seco al ver el coche negro pasar y el
motorista colisionando en su lateral, se rompió el cuello en el fuerte impacto.
El volvo negro continuó su camino para hacer una parada en un taller mecánico
donde le cambiaron inmediatamente el cristal…
En el convento las monjas no podían tener nada que les pusiera en contacto
con el exterior, prensa, móviles o televisión, estaban totalmente vetados y Berta
tuvo que entregar su móvil cuando decidió quedarse, es el motivo por el que
Lucrecia quería llegar al convento para advertirle de puesta en busca y captura
contra ella emitida por el juzgado numero doce de Sevilla.
Al llegar al convento, la madre superiora les dijo que no podían ver a
Berta, los seis primeros meses eran de aislamiento total y no se le permitía
las visitas, ella podía dejarle un mensaje para transmitírselo si es algo muy
urgente.
Solo dígale que hemos jugado al parchís y las fichas verdes tienen dos
turnos sin tirar…
Berta conocía muy bien el mensaje, cuando en el juego del parchís se
come a una ficha, regresa a su casa, la salida para comenzar de nuevo y no sale
hasta que los dados le favorezcan con un seis. Ella sabía que tenía que
quedarse en el convento hasta que le avisaran que no había problemas…mientras
tanto en la jefatura de policía, un agente tenía en su mesa la ficha de un
Turco afincado en Tánger que aparecía en un vídeo de vigilancia de la aduana de
Marruecos conduciendo el coche del marido de Berta…
Venganza póstuma
En unos trabajos de limpieza del río Guadalquivir, la pala subió un bloque
de hormigón que aprisionaba los pies y parte de las piernas de un cadáver en
avanzado estado de descomposición, cuando retiraron la losa, el interior se
conservaba más entero, el resto había desaparecido seguramente victima de los
pequeños carroñeros del río.
La policía tenía ahora que poner rostro y nombre a esos escasos restos con
los que contaban, les llevó tres meses de ardua investigación. Revisaron los
casos de desapariciones de los últimos treinta años, el forense dictamino que
ese era el tiempo aproximado de la muerte de ese hombre. Visitaron algunas
viviendas haciendo preguntas hasta que dieron con un joven que contó lo de la
desaparición de su padre poco después de divorciarse y casarse con una joven,
se llamaba Beatriz.
Los policías se miraron, parece que por fin tenemos a una…Marcial, el hijo
mayor del mercader suizo asesinado preguntó, ¿que quieren decir con eso?...es asunto
policial…
Tenemos que informarle que hemos encontrado en el río los restos de su
padre, no está la cabeza y solo parte de los pies se conservan.
El hombre pareció relajarse y dijo, llevo esperando treinta años y por fin
descansaré aunque ya se me fuera la esperanza de encontrar a mi padre con vida.
Siempre supe que esa víbora de Beatriz lo hizo desaparecer.
En el auto los compañeros comentaron el asunto de Beatriz, ¿Crees que
debemos ir a detenerla?...no tenemos aún ninguna prueba que la incrimine, pero
si vamos a hacerle unas preguntas.
Marcial sacó de su cochera uno de los taxis de su propiedad, pensó que
llamaría menos la atención entre el trafico sevillano y siguió la dirección del
coche patrulla.
Al llegar a la propiedad de las damas, llamó a los cuatro vídeo porteros y
en todos les dijeron los sirvientes que la señora estaba en la mansión tomando
el té con Doña Lucrecia, por radio avisaron al agente de vigilancia contándoles
que iban hacia la mansión para hacerle unas preguntas a Beatriz, que no dejaran
que se marchara.
El taxi permanecía en las proximidades vigilando la verja de entrada y
cuando la policía se marchó Marcial rodeo la propiedad en busca de la mejor
zona para acceder sin ser visto, trepó por una enredadera hasta llegar a la
altura del muro donde había una reja y desde allí terminó de subir y se deslizó
hacia el lado de la propiedad, se puso un pasamontañas y tomando su pistola se
sentó a esperar entre unos arbustos.
Cuando las damas vieron por su monitor que un coche patrulla se aproximo al
de vigilancia y los cuatro agentes se bajaban, supieron enseguida que había
problemas, Lucrecia le dio las llaves de su volvo y le conminó, vete
inmediatamente…
Se fue al garaje posterior, salió a la calle y de nuevo por si alguien la
seguía hizo la misma maniobra parándose en la farmacia e introduciéndose en una
cochera que ascendería el vehículo a la altura de la calle posterior,
rápidamente se dirigió a su casa a hacer las maletas…
Mientras la policía preguntaba en la mansión por Beatriz, las damas
contestaron que no tenía ni idea de donde se encontraba, los agentes de
servicio refutaron sus palabras diciendo que su limusina estaba fuera y que
ellos la vieron entrar en la casa.
Ante esa evidencia Lucrecia le dijo, llegó a primera hora pero le surgió un
imprevisto y tomó mi auto y se marchó, no sé donde…los policías estaban
furiosos ante tanto descaro, pero eso era una señal inequívoca de que Beatriz
se sentía culpable.
La verja de entrada de la propiedad de las damas se abrió y un volvo frenó sobre
la gravilla de la casa de Beatriz levantando polvo y piedras con violencia, la
dama se bajo como si dentro del coche estuviera el mismo diablo, antes de dar
dos pasos, un verdadero diablo con pasamontañas, le disparó dos veces en el
corazón y otra en la cabeza cuando yacía desangrándose en el suelo…dale
recuerdos a mi padre, puta…
Tomando el té con la policía
Solo una limusina amarilla paraba a las cuatro de la tarde en la escalinata
de acceso a la mansión de Lucrecia. A las cuatro y cuarenta y cinco, dos
agentes subían la escalinata y llamaban a la puerta, la criada los hizo pasar y
anunció a los visitantes, pasaron al salón de té donde hablaban las dos damas
que sonrieron a los agentes…
Buenas tardes mi general, que se le ofrece hoy…
Por el momento solo teniente pero tengo esperanza de ser capitán en cuanto
os meta entre rejas…
Vamos a tomar el té. ¿Nos acompaña?
Ok, se sentaron frente a las damas y Lucrecia hizo sonar una campanilla.
Un joven solo vestido con la parte baja de un delantal corto, entró
empujando un carrito de servicio y al llegar junto a Lucrecia le sirvió el té
mientras la dama le acariciaba descaradamente el trasero y los muslos, ella
subió la cabeza y el la besó en los labios.
Lucrecia le hizo seña para servir a los invitados y al acercarse al policía
este se levantó de un salto…No te acerques a mi mariconazo…las damas emitieron
una gran risotada…
Lucrecia dijo, ya quisieran mucha mujeres tener en la cama un mariconazo
como este y haciéndole un gesto, el hombre desapareció de la estancia.
Hizo sonar otra campanilla y una joven rubia con delantal sin peto, solo
dos tiras que tapaban sus pezones y se anudaban en el cuello, entro
bamboleándose…sírveles el té querida, pero antes acércame una de esas revistas,
señalando a una mesita muy baja…
La chica se dio la vuelta y sin doblar las rodillas, tocó con la frente la
mesa de madera ofreciéndoles a los policías un espectáculo que no esperaban…
El teniente se puso colorado al ver ese arco del triunfo con el ojo que
todo lo ve apuntándole directamente a el y el compañero solo dijo…ufff
No pronunciaron una sola palabra mientras la chica les servía, después fue
donde estaba Rosario y le sirvió mientras ella acariciaba sus muslos mirando
directamente a los hombres y con un beso en su boca la despidió…
Al terminar el té el teniente les dijo…saben que no estoy aquí por cortesía
ni para tomar el té, el asunto es oficial y voy a poner mi grabadora en
marcha…OK contestaron…
Murió Vanesa, después Beatriz y ahora Berta ha desaparecido y ustedes están
aquí tomando el té tranquilamente como si nada pasara, queremos saber sin
rodeos donde está Berta…ya le contestamos a esa pregunta, ella salía a veces de
viaje sin decir nada y no sabemos dónde puede estar, porqué no se puso en
contacto con nosotras y su móvil está apagado. El policía negó con la
cabeza, eso no me lo trago…
El fiscal aún no ha presentado cargos contra ella, pero hay evidencias que
la implican en la desaparición de su marido y con toda probabilidad de su
muerte. Por eso tenemos orden de detenerla para interrogarla.
Hemos comprobado los aeropuertos y todas las salidas además del movimiento
de sus cuentas bancarias y no encontramos nada, es como si se la hubiera
tragado la tierra.
Lucrecia siguió negándose a comentar nada más sobre su amiga y los policías
se levantaron molestos. Gracias por el té, seguiremos con nuestra labor.
Gracias a ustedes por la visita, con mucho gusto le ayudaremos en lo que
podamos mi general…con gran acritud el teniente le dijo, vete al carajo,
joder….antes de volverse para marcharse miró directamente a Rosario y sacando
un documento de su bolsillo le dijo…se me olvidaba, tengo aquí una orden de
detención contra usted, en la comisaría hay detenido un ciudadano Indio que ha
confesado que usted le pagó 50.000 euros, para que matara a su ultimo marido…
Rosario palideció y Lucrecia abrió los ojos como platos.
El teniente sonriendo a
Lucrecia le dijo. Nada mejor que terminar un acto cómico como el de la chica
desnuda, con una tragedia inesperada…
La detención del turco
Dos policías que habían terminado su servicio en una comisaría de
Casablanca, salían del vestuario a la calle para dirigirse a tomar unas copas a
un bar de la avenida, al pasar junto a un vehículo un hombre sentado al volante
leía aparentemente el periódico, a uno de los policías le pareció un rostro
conocido y sacó de su bolsillo unas cuantas fotografías y tocó en el brazo al
compañero…una de las fotos estaba calificada como muy peligroso…el compañero
asintió con la cabeza, si, es ese hombre.
Siguieron adelante hasta rodear el vehículo por detrás y cada uno se
dirigió a una puerta.
Se produjeron varios disparos seguidos desde la acera de enfrente… en la
puerta de una joyería, dos individuos disparaban contra un coche de donde
asomaba una mano en alto con una placa de policía y la pistola en la
otra.
El turco fue a salir del coche para ayudar a sus compañeros sin haberse
percatado aún de los agentes que vestían de paisano, la puerta se cerró
violentamente sobre sus piernas y los hombres le encañonaban con sus armas. Lo
esposaron boca abajo y desde esa misma posición comenzaron a disparar, uno de
los individuos cayó al suelo mientras el otro retrocedía dentro.
Levantaron al turco y se dirigieron al coche desde donde se había disparado
y un agente que se presentó como policía de aduanas, le pidió que le entregara
al turco reclamado por la policía española. Los agentes dijeron que tenía que
esperar ordenes de sus superiores y llamaron a la central para solicitar ayuda
y una ambulancia.
El lugar se llenó rápidamente de coches y agentes de diferentes cuerpos de
la seguridad del estado y un pequeño vehículo blindado del que salieron hombres
armados hasta los dientes y protegidos con cascos y chalecos antibalas.
Un mercedes negro, recogió al turco y se lo llevó a la comisaría donde
pertenecían los dos agentes que le habían detenido.
El turco llegaba al día siguiente fuertemente escoltado a la jefatura
superior de policía de Sevilla, en un primer interrogatorio, dijo que no
conocía de nada a Berta, pronto le tiraron por tierra sus declaraciones cuando
la policía les mostró otras de testigos trabajadores de la finca en el que
reconocían al turco como el hombre que con una furgoneta descubierta llevaba
piensos y otros productos a la finca.
El fiscal hizo un trato con el, firmaría una declaración de culpabilidad
incriminando a Berta en el pago de servicios para encubrir el asesinato de su
marido o lo juzgarían por cómplice de asesinato…el turco accedió y firmo…
En media hora, el fiscal tenía una orden firmada por el juez para detener a
Berta por asesinato. Su fotografía apareció en las cadenas de televisión y la
prensa, no había un lugar público donde no la mostraran y una Lucrecia abatida
lloraba amargamente sola en su casa.
En su mesa, el fiscal repasaba testimonios y pruebas para el juicio contra
la dama, tomó un pequeño sobre transparente que contenía una bala
encontrada dentro de los intestinos de un cerdo comprado por un comerciante a
la ganadería propiedad de Berta y se preguntaba, ¿A quién mató esta bala?...dos
hombres habían desaparecido de la finca en los mismos días, uno su marido sin
dejar rastro y otro el profesor de tenis, se afirmó así mismo que solo con la
confesión de Berta sabría la verdad después de tantos años.
Lucrecia en su casa, recogía de la caja fuerte todas las cintas grabadas de
sus orgías y conversaciones comprometidas y las echaba en un incinerador de
basura.
Se dirigió a los tres bancos donde guardaba otros vídeos y el que se hizo
con el senador para chantajearlo, pensó que con Tomas muerto, ya no le serviría
de nada, pero algo le preocupaba, después de ese accidente de la galería donde
murió el senador y cuya cinta acababa de destruir, ella no vio ninguna noticia
en prensa o televisión sobre su muerte, no le parecía lógico que un hombre público
que llegó a presentarse a la presidencia, pudiera haber pasado desapercibido de
esa forma…algo no le cuadraba…
La mafia no perdona
La venganzas de la mafia no tienen fecha de caducidad, cuando Rosario mató
a su marido Pascual, se había sentenciado a muerte ella misma y no importaba el
tiempo que pasara fuera de España, tendría a su regreso la oportunidad que
esperaba su familia.
Ellos no necesitaban pruebas para condenarla…
Cuando ingresó en el modulo de preventivos del centro penitenciario Sevilla
2 a espera de juicio, Rosario estaba en el punto de mira de una reclusa que
esperaba para ser juzgada por asesinato en el mismo modulo.
Mientras desayunaba en el comedor, un vigilante entró en su celda y puso
bajo su almohada un punzón con una nota…ya sabes lo que tienes que hacer…
En el patio, Rosario estaba sentada sola en el extremo de los asientos de
una tribuna que miraba a una estatua de la libertad a escala, construida con la
ayuda de los reclusos, la rompe huesos como así le apodaban las demás reclusas
por su fortaleza, se sentó detrás de ella, dos reclusas se situaron frente a
Rosario para distraer su atención y cubrir la atención de lo que iba a
suceder…con una mano sujeto fuertemente la cabeza de Rosario y con la otra le
clavó el punzón hasta el mango en la nuca, murió al instante.
Las tres se fueron y hasta los cinco minutos no sonó un silbato de alarma
de uno de los celadores que corría hacia donde se encontraba una mujer sentada
sangrando.
Nadie vio nada, nadie sabía nada…
Al ver la noticia en televisión, Lucrecia con lágrimas en los ojos dijo…
Nuestro pasado corre más que nuestro futuro…adiós mi niña…
Se había quedado sola y nadie estaría hoy con ella para tomar el té, pensó
en las consecuencias si dieran con las cintas de vídeos que había en casa de
sus amigas y se dirigió a la finca y al llegar a la verja unos agentes de
servicio le dieron el alto.
Por orden del juez, está totalmente prohibido el acceso a esta propiedad.
Agentes, tengo que recoger efectos personales, son regalos de mis amigas
que están muertas y a nadie le puede interesar excepto a mí.
Lo siento Lucrecia, pero solo con una orden del juez puede usted entrar.
Lucrecia dio un giro brusco con su vehículo y se lanzó a la carrera
quemando neumáticos, los agentes se miraron…no quisiera estar en su
pellejo…
Al convento llagaba una ranchera descubierta que recogía la fruta que se
cultivaba, unas cajas con peras se alineaban en el lateral del camino donde
unas monjas recogían sus frutos para llenar las cajas, el chófer se bajó
a subir las primeras a la camioneta, miró a una novicia que levantaba el rostro
después de haber depositado unas piezas y un campanillazo sonó en su cabeza…se
fue al auto y abrió la guantera para ver un cartel de se busca, tenía una
recompensa de 50.000 euros y el hombre dejó lo que estaba haciendo y dando
media vuelta salió a toda velocidad hacia la jefatura central de la policía…
Captura de Berta
El chófer de la camioneta llegó a la jefatura de policía y declaró que
había visto a la señora que buscaban en el convento, se dieron las órdenes y
todos los medios se pusieron a las órdenes del capitán que iba a dirigir la
detención de Berta.
Todas las salidas se cubrieron y procedieron a buscar a la novicia después
de haberle consultado a la superiora enseñándole su foto.
Estaba sentada en su cama con una goma atada al brazo y una jeringuilla a
punto de clavarse para hacer su último viaje, desde que oyó las sirenas de la
policía lo decidió así y tenía preparado lo necesario, prefería morir de esa
forma a terminar sus días en la cárcel. Un agente literalmente saltó sobre ella
impidiéndole que terminara la acción y la esposó. En la sala de interrogatorios
se negó a declarar hasta que no fuera su abogado, le permitieron hacer una
llamada y llamó a Lucrecia, en media hora tenia uno...
El abogado pidió inmediatamente su puesta en libertad por falta de pruebas,
no había cadáver y solo una bala sin pistola para relacionarla.
El fiscal llamaba desde su oficina a una empresa especializada en buscar
minerales en el subsuelo que estaba dotada con equipos electrónicos de sondeos
por ultrasonidos y dibujaban en una pantalla un mapa con las diferentes
densidades del terreno.
Al llegar a la zona donde comían y retozaban los cerdos, una gran masa
compacta se reflejó en la pantalla, el escáner térmico reflejaba más
temperatura de lo habitual debido a la alta concentración de cal y material
biológico…
Llamaron a una excavadora con una pala grande, una pequeña y un
punzón para romper y perforar y se pusieron a trabajar en la zona delimitada
por el escáner.
La pala retiró con facilidad la capa de tierra vegetal que se amontonó a
los lados y al llegar a una masa de hormigón se sustituyó por el martillo
rompedor, el hormigón era relativamente débil como se utiliza para los
rellenos, el pico rompía grandes trozos que empujaba hacia los lados y una
maquina pequeña los alejaba.
El taladro entró como si fuera en mantequilla al llegar a una cierta
profundidad y una masa de cuerpos de animales y cal se dejaba ver…
Con más cuidado a partir de ese momento, se iban sacando trozos más
pequeños hasta dar con un cuerpo evidentemente humano. Los policías que
supervisaban ese trabajo comunicaron a la jefatura el hallazgo y el fiscal
habló con el abogado de Berta…
A la espera de las pruebas de patología, tenemos un cadáver que seguro era
su marido.
El muerto sin ninguna duda era Bertín Osborne, aunque no le encontraron
ninguna bala en su cuerpo ni orificio que pudiera pensar en muerte por disparo
de arma de fuego.
Eso le extrañó mucho al fiscal que siempre miraba esa bala que tenia de un
calibre treinta y ocho disparadas y se preguntaba de donde procedía.
Llamó a los operarios de las maquinas y le dijeron que no retiraran ningún
escombro procedente de esa especial excavación, envió a una trituradora para
convertir los fragmentos grandes en otros del tamaño de pelotas de béisbol…la
pistola apareció…
Aunque eso no serviría para
nada en el juicio contra Berta por que no había un cuerpo al que asignar la
muerte por disparo…y desde luego nunca lo habría porque se lo comieron los
cerdos como carne picada, quizás alguno de ustedes tengan de pronto don
de tenista, si así es, puede que le gustara la hamburguesa que se comió…
Sorpresa y muerte
El juicio de Berta era por asesinato, pero a esos cargos se añadirían,
conspiración para asesinar, blanqueo de dinero, trafico de drogas y otros
cargos menores cuando la policía encontró en una caja de seguridad de una
cuenta suya una colección de videos…
A Berta la condenaron a treinta años de reclusión y solo dos meses después
de entrar en la cárcel murió por sobredosis…
Dos días después de comenzar el juicio, Lucrecia se encontraba sola en su
cuarto pensando en el senador, se había quedado sola y tras la muerte de este
sabia que cualquier día le llegaría una orden de desalojo propuesta por su
familia aunque su contrato solo expiraba cuando ella muriera.
Tendría que pensar en buscarse una nueva vivienda pues las mansiones de sus
amigas estaban confiscadas. Se quedó dormida pensando en su situación…
Un crujido en su propia cama le hizo despertarse, dio un grito asustada
sentándose de un salto mientras Tomas el senador con una pistola en la mano le
tapaba la boca…shiiiii
No te asustes, te voy a soltar y hablaremos…
A ella le costaba hablar, pero te vi morir, ¿cómo es posible?……
Lucrecia, tu viste lo que yo quería que vieras, ¿acaso no te has preguntado
por que un hombre de posición social y política no tuvo ninguna repercusión en
los medios sociales? Si en más de una ocasión me hice esa pregunta…
Lo que tú viste fue un montaje de cine creado por una productora de la que
soy socio.
En un plató se reprodujo exactamente la galería y su inundación para fingir
mi muerte y que tu bajaras la guardia para terminar contigo.
En mi casa las cosas no salieron como tenía prevista, que era solo la
rotura del tubo de agua y el debilitamiento con los productos químicos de tu
muro para inundar tu sótano.
La grabación que tú estabas viendo, era una maniobra de distracción para
manteneros a todas en la bodega y que murierais ahogadas, por eso bloquee la
puerta de salida, pero el jardín entero cedió y acudieron los bomberos.
Yo ya no estaba en España, lo que sacaron los bomberos fue un maniquí de
cera que mi secretario dijo a la policía que era para donarlo al museo….
Lucrecia estaba con los ojos en blanco, ¿tanto me odias como para
tomarte tantas molestias después de todos estos años?, ¿vas a matarme verdad?,
el solo asintió con la cabeza…pues hazlo ya bastardo…
Yo nunca te he odiado Lucrecia, te acogí en mi casa con solo dieciséis años
y te lo di todo, no me acosté contigo esa única vez en la que me grabaste solo
por tu juventud, te amaba y destrozaste mi vida y mi carrera. Se cambio el arma
de mano y le dijo, te voy a romper el corazón, cierra los ojos…Si vas a
disparar hazlo mirándome a la cara…
El senador le tapo los ojos con una mano y poniendo la pistola sobre su
pecho le partió el corazón de un disparo…
Tomó la mano de Lucrecia con ternura, no tenia por que haber sido así…las
lagrimas brotaban de los ojos de Don Tomas mientras se llevaba la pistola a las
sien y disparaba.
Epilogo:
El agente del servicio secreto tras la muerte del senador, tomó un diario
de su casa y
comenzó a leerlo…
Mayo, este mes es el de las flores y a mi casa ha entrado la más hermosa
que jamás he visto, las rosas se llamaran a partir de ahora para mi Lucrecia…
He sentido vértigo al mirar sus profundos ojos negros y hubiese querido
seguir cayendo hasta perderme en lo más profundo de esa noche estrellada.
Junio, no se si es la inocencia de de sus dieciséis años la que hace que se
mueva por la casa con esa sensualidad, o es solo su cuerpo que se mueve natural
meciéndose como la llama de una vela en una suave brisa, pero a mi me hace
perder el sentido.
Mayo. Hoy hace un año que está mi preciosa rosa conmigo, le encargué una
tarta de cumpleaños y al soplar sus diecisiete velas, pedí diecisiete deseos
mientras evocaba los cuentos de las mil y una noches…
Agosto, el calor es insoportable y estoy pegado a los cristales mirando a
esa sirena que nada en la piscina, su cuerpo me paraliza, sus pechos me hacen
respirar agitado mientras el suyo se agita por el ejercicio y yo siento cada
uno de sus movimientos. Me pego contra el cristal con una evidente erección y
ella me mira sonriendo, me retiro turbado.
Octubre, Ha salido de la ducha, no se si me ha visto abajo mientras andaba
por la galería superior, la toalla se le ha caído y sin mirar hacia abajo, se
paró ante un espejo y se la puso de nuevo con la delicadeza de una madre que
envuelve a su hijo, me senté por que las piernas me temblaban…
Noviembre, mi mujer se marchó a su casa de Francia, dice que no aguanta ver
cómo me comporto como un crío cada vez que la tengo cerca, adiós y que te vaya
bien.
Por primera vez he cenado solo con ella, se ha puesto el vestido rojo que
le compré y hoy más que nunca parece una rosa roja insinuante, sus labios rojos
pronunciaron, hola senador que me sonó a promesa y sueños, se acercó a mí y me
beso en la mejilla y un volcán surgió de mi interior para adueñarse de mi
rostro.
Febrero, sus modales a veces se acercan a lo obsceno cuando sentada abre
las piernas sin llevar nada debajo, pero yo se que en ella no hay obscenidad,
su juventud la hace ser desinhibida y a mi atrevido, pero cuando intento un
acercamiento, ella solo me dice…
Pero que se ha creído usted senador… me está volviendo loco…
Abril, va a cumplir dieciocho años y le he regalado un vestido nuevo, en la
cena me dice que tiene una sorpresa para mí y sube a su cuarto…
La veo bajar por la escalara con el vestido puesto, cuando va a medio
camino se para y se quita la chaquetilla, tres escalones más y se quita la
falda, cuando llega hasta mi solo tiene un tangas y el sujetador…senador el
resto es tuyo… ¿me lo quitas?
No se lo quité, se lo arranqué con los dientes y cuando la tendí sobre la
mesa me dijo…
No senador, es nuestra primera vez, hagámoslo en la cama.
Hubiera querido pasar la noche con ella, pero se marchó a su cuarto en
cuanto hicimos el amor diciéndome… ¿no querrás acabártelo todo hoy?
A los tres días me enseñaba una cinta de nuestra noche diciéndome que había
copias de seguridad en tres bancos por si le pasaba algo, destrozó mi carrera y
mis posibilidades para ser presidente, destrozaron mi vida y sobre todo rompió
mi corazón…
El agente del servicio secreto cerró su diario después de comprender al
senador…
Fin
Autor: Ángel Reyes Burgos
Código: 1401219876117
Fecha 21-ene-2014 19:40 UTC
Licencia: Todos los derechos reservados
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