Adiós, poema quimera...

Apártate de mi vida y deja mi camino libre.
El tiempo recorta mis alas
y las cadenas de sueños radiantes
han dado paso a oscuras sombras.

La vida se presenta ante mí
con su mágica luz desconocida
y promesas cargadas de mensajes ocultos
que quiero descifrar.

Abriré esa puerta
y daré la bienvenida a un nuevo futuro
libre del peso de mis dudas.

No hay espacio para ti
lo ocupabas todo y ahora no eres nada.
Lo Desconocido se presenta ante mí
como una llamada victoriosa.

Han cesado tus cantos de sirena
y ya no ejercen su poder sobre mí.

Mueren las tinieblas y brilla la luz 
disipando tanto dolor y tanta pena. 

Despierto de mi letargo infinito 
agoniza la pérfida melancolía 
de sentir que sentía, 
la ternura malvada de vivir siempre encerrada 
en esta cárcel del alma mía. 

Adiós, me apeo de este tren que descarrila, 
no puedo seguir entre las vías 
de este destino que me consumía.

Ya veo más allá de ti...



Verdad y mentira de la vida...

La vida que gran verdad,
también que gran mentira,
pasa la vida entre ilusiones y suspiros,
lamentos, gritos y quejidos...
galopa el caballo del tiempo implacable,
sin perder un suspiro,
arrasando sueños amores y lo vivido,
la vida reloj sin manillas,
que marca nuestro vivir...

En la amistad y la vida,
la mentira es una traición,
que por consolar a veces,
inventas para ocultar,
los males de tu corazón...



No hay un dolor mas grande
que te mienta en quien confias
te queda el alma en pedazos,
hasta rehuyes abrazos
de amigos de verdad,
que quieren así consolarte
con toda honestidad,
y sientes la diferencia...
Y sabes que no son iguales
por que tienen humanidad.


El primer verso, de José Velez

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