Ámame dulce amor mío...

¡Ámame dulce amor mío!
Ámame que estoy muriendo,
desátame de estos suspiros,
aliméntame de besos,
arráncame de este suplicio,
de estas cadenas de hierro
y de mis vientos heridos,
y de los llantos que tengo.

Arrebátame del infierno
y de este pozo infinito,
que me devora los huesos
y me muero consumido
por un amor que yo quiero
y en mi pecho va esculpido,
por eso vivo un tormento,
por eso vivo y no vivo,
y a cada momento pienso
por vos oh dulce amor mío.

Oh, santos mares del cielo
yo os pido vuestro auxilio
para liberar mi pecho
las flechas del llanto mío,
e incinerar sentimientos
por unos ojos de lirio
que son dos flores de almendro,
que resbalan por mi boca
y se duermen en mi pecho.
¡Ámame dulce amor mío
con ese abrazo perpetuo!
que brote de tus suspiros
y de tus bosques de ensueño,
con esa asfixia de ternura
boca a boca y cuerpo a cuerpo
para fenecer de locura,
en ese delirante huerto
donde se fundes amores,
y se guardan los secretos
de las leyendas amadas,
y nadie debe saberlo,
solamente mi Gayita
y su galante mancebo.

¡Ámame dulce amor mío!
Que muero en mis tormentos,
ámame con tu locura,
con esa gloria y ternura
con esa boca de cielo...


Hermoso Poema de:


       Xavier Rodriguez Vergara
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